Café con leche y sin azúcar.

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Si había algo que le molestaba a Nicholas, era que su alarma interior lo despertara temprano en días que podía quedarse y relajarse en casa. Específicamente justo esa mañana se despertó antes de la alarma de su celular, miró a Jungwon a su lado y apenas a las siete menos cuarto ya lo había golpeado una ola de tristeza.

Jungwon sostenía su mano con fuerza mientras dormía, le costaba pensar en soltar su mano. Le agradaba mucho aquella sensación pero no podía aguantarlo.

Amaba a Jungwon.

Amaba la idea de que ambos construyeron su vida desde cero, juntos. Desde la secundaria, a la universidad, al matrimonio, a una casa juntos.. y él esperaba aquella familia.
Para Nicholas no fue tan difícil querer a Jungwon, le bastó un par de miradas y malos chistes para querer verlo todos los días. Pero obviamente a Jungwon le costó un poquito más, sin embargo, todo fue mejorando después, fue a su casa, se presentó ante sus padres, a escondidas podían darse besos y caricias... aunque claro, ponerse de novios llevo mucho más tiempo.

Aunque había tardado demasiado el noviazgo oficial, ellos salían y eran exclusivos para ellos. Jungwon se había metido tanto en la familia de Nicholas, como Nicholas en la familia de él, ellos salían y hacían todas esas cosas de parejas sin serlo oficialmente.

¿Por qué? A Nicholas le daba miedo el rechazo por parte de él. Prefería todo menos eso.

Por esa razón, sentía como habían golpeado de manera desenfrenada y agresiva a la vida que él había armado. Lo peor era que aquella persona que tanto amaba y tanto admiraba, era quien más había golpeado.

Y desgraciadamente, aún seguía tan enamorado de él. No odiaba a Jungwon, no podía hacerlo él era la persona que más amaba en este misero planeta. Pero no entendía como podía seguir amandolo luego de que lo engañara de esa forma.

Le hacía mal, pero no estar con Jungwon también le hacía mal.

Hace un par de semanas había propuesto cumplir uno de sus mayores anhelos, convivir con Jungwon de por vida y ser padres pero ahora tenía que tomar una decisión que eliminaba por completo aquella posibilidad. Y no entendía nada, su corazón odiaba aquella propuesta de divorcio y su cabeza le decía que era lo más lógico, no quiera salir lastimado.

Odiaba no saber que hacer.

Durante la mañana mientras Jungwon tomaba un ducha, se vistió con cualquier cosa y se puso una gorra para salir.

No haría nada en especial, solo quedarse sentado en la banca de una plaza un poco lejos de casa. A lo mejor lo que necesitaba era pensar con claridad, o simplemente no pensar en aquello.

— ¿Qué haces aquí?

Capaz estar en silencio le servía más pero ahora tenía que saludar.

— Matthew, ¿de donde saliste?

— Apenas estoy tomando un descanso, estoy cubriendo al idiota de mi jefe en el trabajo. Ahora que te ascendieron no piensas ir más, ¿verdad?

Nicholas se disculpó, él era el jefe. Había días que se presentaba en el trabajo y días que ni siquiera se levantaba de la cama. Sin duda, esto lo había afectado.

— Te ves muy mal, ¿Puedes decirme que pasa, sabes?

— Ese estúpido e hijo de puta de Jay.

Matthew se sorprendió un poco el tono que utilizo pero le encantaba el drama y se sentó a su lado para oír más.

Esta sería la primera vez que Nicholas podía desahogarse, obviamente no había querido hablarlo con nadie. Pero a lo mejor necesitaba un amigo.

— ¿Qué te hizo?, tengo un amigo abogado podemos meterlo a la cárcel.

Amor FloralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora