༺ El lamento del Dragón.

140 17 4
                                    

Giyu estaba sentado frente al fuego, su mirada perdida en las llamas danzantes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Giyu estaba sentado frente al fuego, su mirada perdida en las llamas danzantes. Tanjiro y Nezuko lo observaban en silencio, notando algo diferente en su habitual calma distante. Había una tristeza más profunda en sus ojos, una que parecía salir a la superficie de vez en cuando, pero que nunca había expresado en palabras. Finalmente, Tanjiro decidió preguntar lo que había estado rondando en su mente desde hace unos días.

—Giyu-san... ¿puedo preguntarle algo? —dijo Tanjiro, su voz suave pero cargada de curiosidad.

Giyu no apartó la vista del fuego, pero asintió ligeramente, dándole permiso para continuar.

—Hace unos días, escuché a la señorita Mitsuri y a la señorita Shinobu hablando... parecían muy tristes. Mencionaron que se acercaba el aniversario de muerte de alguien, alguien llamado [T/N] Ryūgamine. Dijeron que usted la conocía bien pero me advirtieron que lo mejor era no preguntárselo. Igualmente, si no es molesta para usted... ¿quién era ella?

El nombre cayó como un peso sobre los hombros de Giyu, y de inmediato, sus ojos se endurecieron. No por enojo, sino por el dolor que el solo escuchar ese nombre traía consigo. Giyu permanecía inmóvil frente al fuego, su mirada perdida, pero ahora, tras la pregunta de Tanjiro, sus pensamientos lo llevaban de vuelta a esos recuerdos dolorosos que prefería no desenterrar. Tanjiro había tocado una herida que nunca había sanado.

El nombre de [T/N] Ryūgamine flotaba en su mente como un eco distante pero dolorosamente claro, un recordatorio constante de lo que había perdido. Aún podía verla, fuerte, valiente, con esa mirada determinada que siempre tuvo como Pilar del Dragón. La última de su linaje. La última en portar la técnica ancestral de su familia, una línea de cazadores cuya historia se había extendido a lo largo de generaciones. Y él, había visto cómo ese legado se desvanecía en un solo instante.

Tanjiro sintió un nudo formarse en su pecho. Sabía que había tocado un tema delicado, pero también sabía que Giyu necesitaba hablar de ella, que sus palabras no solo eran para responder su pregunta, sino para liberar una carga que había llevado durante demasiado tiempo.

Tanjiro escuchaba atentamente, sintiendo el peso de cada palabra. Giyu estaba hablando de alguien que claramente había significado mucho más para él que una simple compañera de armas.

El silencio que siguió fue espeso, y Tanjiro casi pensó que había cometido un error al preguntar, pero luego de lo que pareció una eternidad, Giyu habló.

—[T/N]... —murmuró Giyu, su voz rasgada por el peso de sus recuerdos—. Ella era más de lo que cualquiera podría imaginar, Tanjiro. La última de su familia, de los Ryūgamine. Todos antes de ella murieron luchando contra los demonios. Sabía que llevaba una carga que otros no podían entender, pero jamás se quejaba. Jamás mostró miedo.

Tanjiro lo escuchaba atentamente, sintiendo cada palabra cargada de un dolor profundo y reprimido. El silencio que se extendía tras las palabras de Giyu era ensordecedor, pesado.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐓𝐎𝐌𝐈𝐎𝐊𝐀 𝐆𝐈𝐘𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora