Capitulo 6

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El pueblo comienza a hablar y no sé cuánto me ayuda eso, han pasado solo unas semanas desde que vi a Jacob a los ojos, esos ojos que algún día me hicieron suspirar ahora me producen innumerables arcadas.

—No es malo —levanta la voz Pier—. Desde hace años he estado entre los habitantes y es un secreto a voces que el pueblo no quiere al reino.

—Eso ha sido siempre —aclara Itkan.

—No —niega Sander con el puño en la mesa—. Siempre existieron los rebeldes, pero no un odio como este al reino.

Las noches del balcón se me vienen a la mente haciendo que mi piel se inquiete, recuerdo a Hades, él haría cualquier cosa por su pueblo a tal grado que casi nunca dormía, siempre ha cargado a su pueblo en la espalda, me pregunto qué sentirá ahora que todos en el reino le dan la espalda.

—¿Qué pasa con los cristeros? —hablo cortando cualquier disputa de opiniones.

—¿Los qué? —se entromete Pier.

Observo el salón de la casa en la que nos encontramos este no es tan lujoso como el anterior pero sigue siendo un establecimiento privilegiado.

—En el reino existen dos tipos de rebeldes, los del pueblo —habla Rocio señalando a Pier.

—Y los cristeros, aquellos nobles que nos dan una sonrisa en la cara y una puñalada en la espalda —completa Itkan con los ojos hundidos en sus manos.

—¿Cuál es su causa de lucha? —pregunta Pier.

—Tener el oro perdido, o la corona... tal vez ambos.

El salón se ensordece sumiéndonos a todos en una presión inmutable, me apresuro a pensar cuando veo los ojos de Neri titubear.

—No respondieron mi pregunta ¿Qué hay con ellos? —reprocho con acides porque los ojos de Sander me dicen que no me va a gustar la respuesta.

—La exreina, los duques, y el ahora principe Jacob encabezan el movimiento, tienen como aliado a Odneltter su enfoque es juntar los reinos para ser las cabecillas.

—¿Ellos creen que Hades se los va a permitir? —anuncia Itkan con cierta burla en su tono.

No me gusta que hable de su hermano con tanta ligereza sabiendo lo que hizo, lo observo con la mirada significativa, pero él aumenta su sonrisa.

—Hades mató a la familia de la mujer que decía amar, y al hombre que su hermano amaba —canturreo haciendo que la sonrisa se le vaya— A, tambien te alejo del amor de tu vida... claro, claro que no perdería su reino.

—Key —susurra bajito.

No me llega el arrepentimiento pese a que sus ojos se llenan de agua, observo de nuevo el salón mientras la incomodidad es el aroma de todos los precentes.

—Bien, todos saben que hacer —anuncia Sander con tono elitista—. A trabajar.

Da un aplauso que saca a todos de sus pensamientos y de inmediato se comienzan a escuchar las sillas y los pasos de los demás, yo no los imito me quedo impase en mi asiento, una vez un rey me dijo que el los soldados son la prioridad del rey en la guerra y si yo soy la cabeza de esto, esa será mi prioridad... ellos.

—Atira —me llaman.

Mis ojos viajan por las paredes acabadas en mármol buscando el llamado, me encuentro con Neri y sus ojos acusadores, desde que es mamá esto está empeorando.

LA SALVACIÓN DE UNA MONARQUÍA (Segundo libro de la bilogía  REINOS DE FUEGO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora