-PARTE 1 [Primeras impresiones]

140 7 1
                                    

La música vibraba en el aire, como un eco constante que llenaba la arena con su ritmo. A lo lejos, la multitud gritaba emocionada mientras los brawlers se preparaban para otro enfrentamiento épico. Bibi, con su habitual bate en la mano y el globo de chicle explotando en su boca, miraba con indiferencia a su alrededor. Para ella, era solo otro día en la arena.

Pero hoy, algo era diferente. Bibi sentía una extraña tensión en el ambiente, como si algo nuevo estuviera a punto de suceder.

-¿Qué está pasando? -preguntó, frunciendo el ceño mientras veía a algunos de los brawlers murmurar entre ellos.

Nadie le respondió. La atención de todos estaba en una figura que emergía del otro lado de la arena. Al principio, Bibi no entendía el porqué de tanto alboroto. Sin embargo, cuando vio de quién se trataba, todo tuvo sentido.

Ahí estaba Melodie.

La famosa estrella del pop, con su cabello rosa brillante y su actitud despreocupada, se pavoneaba por la arena como si fuera su escenario personal. Un suave ritmo musical salía de su altavoz portátil, rodeándola con una especie de aura. Su chaqueta de cuero negra brillaba bajo las luces, decorada con detalles de estrellas plateadas, y sus movimientos eran fluidos, casi como si estuviera bailando en lugar de preparándose para pelear.

-Genial... otra diva -murmuró Bibi para sí misma, haciendo estallar su chicle con frustración.

Melodie era todo lo que Bibi detestaba. Mientras ella prefería la acción directa, los golpes contundentes y el caos de una buena pelea, Melodie parecía tratar la arena como si fuera un concierto. No entendía cómo alguien que se preocupaba tanto por su apariencia y por la música podría ser una rival digna.

-¡Eh! -gritó Bibi, dando un paso al frente-. ¿Vas a pelear o a dar un espectáculo?

Melodie, que parecía completamente ajena a la tensión en el aire, levantó una ceja y sonrió de lado. -¿Acaso no puedo hacer ambas cosas? -dijo con una voz suave pero afilada, como si cada palabra estuviera destinada a provocar.

La sonrisa de Melodie solo hizo que la irritación de Bibi aumentara. No estaba acostumbrada a que alguien la desafiara de esa manera, y mucho menos alguien como Melodie. Sin embargo, Bibi se forzó a mantener la calma. No iba a dejar que una cantante la sacara de sus casillas.

-Solo asegúrate de no quedarte llorando cuando pierdas -espetó Bibi, haciendo girar su bate en la mano.

Melodie rió suavemente, como si lo que Bibi acababa de decir fuera la broma más divertida del mundo. -Cariño, no sé si te has dado cuenta, pero estoy acostumbrada a estar en el centro de atención. Y no suelo perder.

Bibi chasqueó la lengua, irritada. -Ya veremos.

El silbato que indicaba el inicio de la batalla resonó por toda la arena, y Bibi no perdió tiempo. Se lanzó hacia el centro del campo, batiendo a los primeros enemigos que se cruzaban en su camino. Para ella, la lucha era simple: golpear, esquivar y seguir adelante. Todo lo demás era irrelevante.

Pero cada vez que creía tener el control, el sonido de la música de Melodie la desorientaba. Era un ritmo pegajoso que se mezclaba con los golpes y los gritos de la batalla. Bibi intentaba ignorarlo, pero no podía. Era como si la música la estuviera siguiendo, infiltrándose en su mente y ralentizando sus movimientos.

Frustrada, Bibi dirigió su mirada hacia Melodie, quien, por supuesto, estaba completamente calmada en el otro lado de la arena. La cantante no parecía estar luchando con tanta intensidad como los demás; en cambio, sus ataques musicales parecían perfectamente sincronizados, casi como si estuviera en una coreografía ensayada.

-¡Vamos, Bibi! -gritó Melodie desde la distancia, girando sobre sí misma al compás de su música-. ¿No puedes seguir el ritmo?

Bibi apretó los dientes. No podía soportar que alguien la subestimara, y mucho menos una estrella del pop. Decidida a demostrar su valía, aceleró su ritmo, derribando a varios enemigos con un solo movimiento de su bate. Sin embargo, cada vez que se acercaba a Melodie, un nuevo acorde musical la detenía en seco.

Finalmente, ya no pudo más.

-¡Deja de jugar y pelea de verdad! -gritó Bibi, su voz llena de frustración.

Melodie dejó escapar una suave risa, deteniéndose en el lugar. Bajó el volumen de su altavoz y se acercó lentamente a Bibi, sus ojos brillando bajo las luces de la arena.

-¿Esto es lo que quieres? -preguntó, dejando que su micrófono cayera suavemente en su mano.

Bibi la miró desafiante. -Sí. Si vas a estar aquí, pelea en serio.

Melodie sonrió de lado. -Como desees.

Sin previo aviso, Melodie alzó su micrófono y una ola de sonido salió disparada hacia Bibi. Fue tan rápida que apenas tuvo tiempo de reaccionar. El impacto la hizo retroceder varios pasos, dejándola atónita.

Bibi sacudió la cabeza, tratando de recuperar el equilibrio. -¿Qué rayos...?

-Te lo advertí -dijo Melodie, su tono aún juguetón, pero con un filo de seriedad-. No suelo perder.

El enojo de Bibi se desbordó. Ya no era solo una cuestión de rivalidad, ahora se trataba de orgullo. Con un rugido de determinación, se lanzó de nuevo al ataque, decidida a no dejar que Melodie la derrotara.

Pero Melodie no cedió ni un centímetro. Cada golpe de Bibi era contrarrestado con precisión, como si la cantante supiera exactamente lo que iba a hacer. Los dos brawlers se enfrentaban en un baile de ataques y contraataques, y aunque Bibi era rápida y fuerte, Melodie parecía estar un paso adelante en cada movimiento.

Finalmente, cuando ambas estaban al límite de sus fuerzas, el silbato final sonó, marcando el final de la batalla. El empate era evidente.

Ambas brawlers se quedaron quietas, respirando con dificultad. Bibi aún sostenía su bate con fuerza, pero no podía negar lo evidente: Melodie era una rival más formidable de lo que había imaginado.

-Nada mal, Bibi -dijo Melodie con una sonrisa, acercándose un poco más-. Quizás no seas tan predecible como pensaba.

Bibi hizo una mueca. -No creas que esto ha terminado.

-No lo creería de otra manera -respondió Melodie con una leve inclinación de cabeza.

Y aunque Bibi no quería admitirlo, algo en la sonrisa de Melodie le hizo darse cuenta de que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande.

Entre Golpes Y Notas [Melobibi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora