-PARTE 9 [La verdad revelada]

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La mañana tras el enfrentamiento en la plaza había traído consigo un aire de calma tensa. Melodie y Bibi estaban exhaustas, pero la determinación de resolver el misterio que las había acechado seguía intacta. Mientras el sol se alzaba, las dos se encontraban en el centro de operaciones improvisado que habían montado en el apartamento de Bibi, rodeadas de notas y pistas que habían recopilado.

—Debemos averiguar quién está detrás de esto —dijo Melodie, examinando una foto borrosa de la cámara de seguridad—. Hay algo que estamos pasando por alto.

Bibi asintió, revisando unos documentos en la mesa. —Las amenazas han cesado desde el último enfrentamiento, pero eso no significa que el culpable haya desaparecido. Creo que estamos cerca de descubrir quién es.

Melodie, con una mezcla de frustración y esperanza, examinó un papel que tenía notas manuscritas sobre los patrones de las amenazas. —Estos mensajes… parece que la persona que lo hizo estaba obsesionada con algo. ¿Qué es lo que quieren de nosotros?

—Quizás se trate de una venganza personal —sugirió Bibi—. O algo más grande.

Decidieron reunirse con otros personajes clave que podrían ayudar a aclarar el misterio. Entre ellos estaban Colt, que había estado investigando el tema por su cuenta, y Shelly, quien había recibido una pista crucial de su red de contactos. Después de varias discusiones y análisis, comenzaron a unir las piezas del rompecabezas.

—Miren esto —dijo Colt, señalando un viejo expediente—. Hay una conexión entre las amenazas y una figura del pasado. Alguien que fue derrotado en un enfrentamiento hace tiempo y que tiene un historial con Melodie.

—¿Quién es? —preguntó Bibi, su corazón latiendo más rápido ante la posibilidad de un cierre.

—Se llama Edgar. Era un rival de Melodie, un jugador al que derrotó en una competición importante hace años. Al parecer, no soportó la derrota y ha estado buscando venganza desde entonces.

Melodie sintió una mezcla de incredulidad y enojo. —Nunca imaginé que Edgar podría ser capaz de esto. ¿Dónde podemos encontrarlo?

Colt y Shelly ayudaron a rastrear la última ubicación conocida de Edgar. El grupo se dirigió a un antiguo almacén en las afueras de la ciudad, el lugar donde Edgar había sido visto por última vez. La atmósfera era pesada con la expectativa mientras se acercaban al edificio deteriorado.

Una vez dentro, las sombras danzaban en las paredes con la luz de sus linternas. De repente, Edgar apareció ante ellos, con una sonrisa fría en el rostro.

—¿Así que finalmente me encontraron? —dijo Edgar, su voz llena de resentimiento—. Pensé que tendrían más dificultades para descubrirme.

—¿Por qué, Edgar? —preguntó Melodie, con voz firme—. ¿Por qué amenazaste nuestras vidas?

Edgar rió con amargura. —Porque nunca pude olvidar la humillación de aquella derrota. Hice esto para que sufrieran tanto como yo sufrí. Para que se dieran cuenta de lo que es enfrentarse a alguien que no puede aceptar la derrota.

Bibi se adelantó, el brillo en sus ojos desafiando a Edgar. —Tu venganza no solo era cruel, sino que también era estúpida. Lo que buscabas no solo nos afectó a nosotras, sino a muchas personas inocentes.

Edgar soltó una risa desquiciada y se lanzó al ataque. La pelea comenzó de inmediato, con Edgar mostrando una sorprendente habilidad en combate. Melodie y Bibi, sincronizadas como nunca, se movían con rapidez para contrarrestar los ataques de Edgar.

—¡Cuidado, Melodie! —gritó Bibi, esquivando un golpe.

Melodie se lanzó hacia Edgar, usando su agilidad para esquivar sus ataques y contrarrestar con una serie de golpes rápidos. Bibi, desde un lado, utilizó sus habilidades para lanzar ataques de energía que distraían a Edgar y lo mantenían a raya.

Edgar, enojado, intensificó su ataque. Sus movimientos eran impredecibles y feroces, obligando a Melodie y Bibi a trabajar juntas más que nunca. Cada golpe, cada esquiva, era una prueba de su destreza y determinación.

—¡No te dejaremos ganar, Edgar! —dijo Melodie mientras esquivaba un golpe y contraatacaba con una patada precisa.

—¡Nunca lo entendiste! —rugió Edgar—. La derrota no es solo una cuestión de perder. Es una cuestión de honor. ¡Y voy a hacer que paguen por eso!

Bibi se movió rápidamente, lanzando un ataque sorpresa que hizo que Edgar perdiera el equilibrio. —¡Ahora, Melodie!

Con la oportunidad creada por el ataque de Bibi, Melodie realizó un golpe final que derribó a Edgar al suelo. El rival, exhausto y derrotado, miró a las dos con una mezcla de rabia y resignación.

—No podrás escapar de esto —dijo Melodie con firmeza—. Tu venganza ha terminado.

Colt y Shelly llegaron rápidamente y ayudaron a asegurar a Edgar. Mientras las autoridades se hacían cargo de la situación, Melodie y Bibi se tomaron un momento para recuperar el aliento. La tensión en el aire era palpable, pero la sensación de alivio también lo era.

—Lo logramos —dijo Bibi, su voz temblando ligeramente.

—Sí, lo hicimos —respondió Melodie—. Pero ahora debemos enfrentar lo que viene.

Las dos se abrazaron, reconociendo el peso de lo que acababan de pasar y el desafío que aún les esperaba. Mientras el sol se ponía en el horizonte, sabían que su vínculo era más fuerte que nunca y que estaban listas para enfrentar cualquier cosa juntas.



Entre Golpes Y Notas [Melobibi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora