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Cuando conocí a jennie kim tenía trece años, al igual que ella llegaba en bicicleta mientras ella venía en taxi, solía tener su largo cabello suelto siempre, aunque a veces los mechones que golpeaban su rostro cubrían sus ojos, ella prefería eso antes de recogerlo.

Me quedo sentada en ese sofá con mis manos entrelazadas mientras sonreía por aquel viejo recuerdo:

- No deberías Aceptar ese caso, - dijo jisoo trayendo mi tasa de café junto a la de ella.

- tú también dudas de mi capacidad - acuso de inmediato, como siempre diciendo cosas que no son cuando estoy irritada.

- No dudo de ti lisa, yo más que nadie te conozco bien somos mejores amigas, no menosprecio tu talento al contrario creo que eres una de las mejores, una de las pocas agentes las cuales no están dispuestas a ser reducidas a solo estar tras una computadora, mientras le roban los logros hombres grandes y fuertes... Es solo que es jennie, no un desconocido es jennie. - Advirtió recostando su espalda en el sofá.

- ya la supere, estoy segura - me levante enseguida, no quiero hablar de esto ni preguntarme si está bien o está mal infiltrarme, ¿creerá todas mis mentiras? Si me descubre me matará y si la atrapo habré traicionado su confianza.

Me arrimé a la pared frente a la puerta de mi cuarto,

- No, no es un... - "problema" ya he olvidado todo, puedo hacerlo es mi oportunidad de demostrar que puedo ser una más que la secretaria o sirvienta,
Arrastre mis pies a la cama, con la mirada en mi escritorio último cajón.

Necesito las llaves, me siento en la cilla que está en el escritorio, el primer cajón saco la llave sin mirar como si eso bastará ocultar lo que siento, sin atraerme a mirar inclino al último cajón ingreso la llave, doy vuelta, abro el cajón.

Lo hice después de ocho años, lo hice, abrí ese cajón que juré nunca volver abrir, aunque pude quemar las fotos, pude tirarlas a la basura, romperlas,
simplemente, las guardé en un cajón.

- tú lo lograste jennie yo... aún lo intento-

Susurro a la foto, ella y yo dentro de una tienda de ropa, decidimos estar una noche encerrada para saber que se sentía.

- claro que sí - cubrí su rostro mirando al techo.

- claro que sí - volví a repetir,

- claro que sí - por última vez.

Con mi espalda recostada en la cicilla y mis manos cubriendo mi frente

Antitesis jenlisa 🔞🫦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora