Capitulo 4

9 7 0
                                    

Su respuesta me dejó sin palabras por un segundo. ¿A mí? Esa pregunta resonaba en mi mente mientras trataba de mantener la compostura. No esperaba que me respondiera así, tan directo, tan... personal. Sentía que, con su mirada, podía ver a través de mí: lo bueno, lo malo. Como si fuera un libro abierto a su merced, listo para que en cualquier momento me arrancara, me arrugara o me maltratara.

-¿A mí? -repetí, casi con incredulidad, mientras lo observaba. Me sentía tan vulnerable. Qué energía, Dios mío.

Él no dijo nada más, solo mantuvo esa mirada fija, como si ya hubiera dicho todo lo necesario. Mis pensamientos comenzaron a entrelazarse y a confundirse. De alguna manera, me encontraba ahí, en medio de una calle desconocida, frente a un hombre que irradiaba una confianza aplastante. Sabía que era guapo, y disfrutaba de la atención que recibía. ¿Narcisista? ¿O egocéntrico?

Di un paso atrás, alejándome de su intensidad. Mi corazón se sentía pesado, como si una piedra lo oprimiera, pero al mismo tiempo latía más rápido de lo que hubiera querido admitir. No estaba preparada para esto, para ese tipo de confrontación. Me tomó completamente por sorpresa.

Él esbozó una media sonrisa, apenas perceptible, pero suficiente para hacerme sentir aún más incómoda.

-JAJAJAJAJAJAJA... -empezó a reírse, como si hubiera contado el mejor chiste del mundo.

-¡Ay!, qué buena forma de empezar el día -dijo antes de dar media vuelta y marcharse, dejándome ahí, como si yo fuera un rompecabezas de la Torre Eiffel de 1500 piezas.

-Estoy segura de que me ofendió... -murmuré para mí misma-. Pero qué mamada. Sabes qué, a la chingada, que chingue su madre. Pinche perro, ni está tan guapo.

Me di la vuelta rápidamente, intentando poner distancia entre nosotros.

Mientras me dirigía a la tienda de conveniencia, traté de sacudir esos pensamientos de mi mente. Tenía que concentrarme en lo que había venido a hacer: empezar de nuevo. Sin embargo, no fue tan fácil como pensaba. Todo el día me quedé pensando en su espalda grande y trabajada.

-Ay, lástima de semental. Tan guapo y tan genioso. -murmuré para mí misma, dejando escapar un suspiro.

Me obligué a centrarme en mi objetivo, recordando por qué había llegado a este lugar: el hambre. Pero, aunque intentaba ignorarlo, su imagen seguía acechando en cada rincón de mis pensamientos.

-Es que es muy guapo...

-¿Quién es guapo? -escuché a mis espaldas.

Salté de mi banco y tiré (inserta comida coreana). Volteé de inmediato para encontrarme con Nombre:Emma
Alias:Emanem
Sexo:Femenino
Orientación sexual: Bisexual
Edad: 20
Color y estilo de cabello: chino y rojo borgoña
Color de ojos: Redondondos y cafes obscuros
Salud:Buena
Color de piel:Morena obscura
Altura::1:70
Labios:Gruesos con arco de cupido
Nariz: chata
Tipo de cara: Diamante
Nacionalidad: Republica Dominicana.
-¡Ay! Me asustaste. ¿Quién eres?

-Perdón, es que soy algo chismosa. Ema Mucho gusto. Apenas llegaste hoy, ¿verdad? No te había visto por estos rumbos, y mira que llevo bastante tiempo aquí.

-Sí, llegué ayer, de hecho.

-¿De dónde eres? -preguntó, mientras su energía y alegría se desbordaban-. Yo soy de...

-Soy de México. Mucho gusto.

-¿Ya tienes dónde quedarte? Si no, te puedes quedar conmigo.

-Ok, muchas gracias.

-¡Ah! No te voy a hacer nada. -se rio al ver mi expresión de miedo-. Es solo que las rentas aquí son algo caras, y más que nada porque no tengo muchos amigos. Son demasiado serios. Bueno, algunos. Además, la universidad no me da mucho tiempo para socializar, y...

Luces, cámara. ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora