Capitulo 7

3 3 3
                                    

Me desperté sintiéndome mejor en la habitación del hospital. Más cuerda y tranquila. Minutos después  ya me habían devuelto mis pertenencias y probablemente me darían de alta en la tarde. Mi presión arterial estaba por las nubes y mi nivel de azúcar, demasiado bajo, lo que me había dejado en shock.

El zumbido del celular me sacó de mis pensamientos. Un mensaje de un número desconocido iluminaba la pantalla:

"¿Estás mejor?"

Fruncí el ceño. No reconocía el número, pero algo en esa pregunta me erizó la piel. Sin pensarlo mucho, marqué. La curiosidad pesaba más que la cautela.

El tono sonó una, dos veces, hasta que alguien contestó.

—¿Hola? ¿Quién eres? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme, aunque mi corazón latía más rápido de lo que quería admitir.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea. El suficiente para que mi ansiedad creciera.

—¿Estás bien? —Su voz. Era él. No había duda. Mi corazón dio un susto. Pero, ¿cómo demonios tenía mi número?

El silencio volvió a colarse entre nosotros, cargado de preguntas no dichas.

-Sí, muchas gracias por traerme... y perdón por las molestias -respondí rápidamente, incómoda, y a punto de colgar.

-Espera -dijo antes de que pudiera reaccionar-. No fue molestia. Quería asegurarme de que estuvieras bien.

Hubo un corto silencio. Mis dedos jugaban nerviosamente con la sábana mientras escuchaba su respiración al otro lado de la línea. Me sentía extrañamente expuesta, como si me conociera más de lo que ne gustaría

-Si, estoy bien. ¿tú estas bien? Quería cortar la llamada por que gran parte de mi sentía demasiada vergüenza para seguir en la línea. Pero otra quería saber como estaba. Que estaba haciendo?
-Ajaja, sí, sí, estoy bien -respondió, soltando una ligera risa que sonaba casi nerviosa.
silencio, uno de esos incómodos que, por alguna razón, me hacían querer hablar más. Sin embargo, no sabía bien qué decir. Mientras tanto, mi mente empezaba a divagar.

-—Oye... —comenzó él, rompiendo el silencio—. ¿Te parece si nos vemos cuando salgas del hospital?

—Claro —respondí de inmediato, demasiado rápido. Apenas las palabras salieron de mi boca, quise tragármelas. ¿Qué acababa de decir?

—Genial, entonces... te mando un mensaje con el lugar y la hora —su voz sonaba más relajada, como si algo en mi respuesta hubiera disipado una tensión que no sabía que él también llevaba.

—Está bien —dije, mientras una confusa sonrisa tironeaba de mis labios. Pero, espera... sonrisa, ¿qué? ¡No! No debería estar sonriendo. ¿Qué demonios estoy diciendo? Todo lo que quiero es que desaparezca de mi vida, que no vuelva a cruzarse en mi camino... ¿o no?

Mi mente iba a mil por hora mientras un torbellino de emociones chocaba dentro de mí. Acababa de aceptar verlo. ¡Verlo! ¿Qué me pasa?

Colgué el teléfono antes de poder analizar más lo que acababa de suceder. El eco de su risa seguía resonando en mi mente, suave pero persistente. Me quedé mirando la pantalla del celular, como si fuera a darme alguna respuesta, alguna señal que me dijera qué hacer.

¿Qué demonios acababa de aceptar? Un café, una conversación… algo que no debería estar pasando.

Una enfermera. Me preguntó cómo me sentía o si necesitaba algo, pero apenas le presté atención. Mi mente estaba en otro lado, en otro momento, pensando en una cita que no debería estar sucediendo, con un hombre que no debería importarme tanto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Luces, cámara. ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora