Capitulo 5

8 6 1
                                    


Ah, solté un respiro. Al fin se había ido.

—Nmms, me sudó el culo —dije, riendo un poco por los nervios—. Realmente sentí mi fin.

En ese momento, Emma salió apresurada desde las escaleras, con los ojos bien abiertos.

—¡Diache, mana! ¿Tú ta’ bien? —me preguntó con una mezcla de alivio y susto—. Escuché to’, pero, óyeme, me dio un terror bajá. Siento mucho haberte dejado sola.

—Estoy bien, creo… —Le eché un vistazo a la puerta, todavía procesando todo lo que acababa de pasar—. ¿Pero con qué gente  te relacionas tú?

—Perdón, perdón. Te prometo que te lo voy a recompensar. Lo prometo.

—¿Quieres un té o algo? Vente, vente, no te quedes aquí. Vamonos.

Entro a una casa bastante grande donde hay un pasillo algo corto teniendo a mano derecha el bestivulo con una linda y grande sala y un buen televisor y a lado izquierdo una encimera además de una pequeña y blanca cocina. 3 habitaciones y un baño al fondo.

-Woow. Tienes una bonita y grande casa.

—¿Y cómo fue que te empezaste a relacionar con gente así?

—Bueno, ya sabes, en el trabajo te puedes aburrir un poco. Él me miraba, yo lo miraba… Yo quería, ya sabes, algo sin compromiso. Lo obtuvimos y, pues, ya. Yo ya no quería nada, pero él sí, y dije: "Bueno, vamos a ver qué sale". Y empezamos a tener una relación. Un tiempo fue bueno, otro medio difícil, hasta que empezó a portarse un poco rudo y preferí dejarlo. Y pues eso nos trae aquí.

—¿Si quieres, te puedo conseguir trabajo ahí?

—¡Ay no, nmms! Ni loca me meto ahí. Además, verlo a diario... Estoy cucu pero nunca a ese extremo.

—Ah, no te preocupes. Lo corrieron porque tuvo un ataque de ira contra el jefe.

—¿Na’, nada más por eso? Seas mamón, wey.

—Tons, si quieres entrar, están contratando. Y ya sabes, el dinero no llega solo, y aquí todo es bien caro.

—¿Y de qué es el trabajo?

En AuroraArts Entertainment

¿Y que haces ?

—Soy bailarina. Me gusta mover el cuerpo, ponerle sazón.

—¿Y en la empresa?

—Ah, bueno, lo típico: papeleo, contratos… Marketing, ya sabes.

—¿Pero el pago es decente?

—Sí, mantengo todo en orden. Todos esos chamaquitos creyéndose los grandes. Pero, oye, el trabajo no está mal. Se me va el día volao’.

—¿Y qué, te tratan bien?

—¡Ay muchacha, tú sabes cómo es! Hay días que los jefes están de buenas, otros que ni te miran. Eso sí, a mí nadie me maltrata porque tú sabes que yo no aguanto vainas, pero hay algunos que se pasan de frescos, ya tú sabes. Lo bueno es que no tengo que ver a ese loco todos los días, porque si no, mija, me muero.

—Ja, ja, me imagino. ¿Entonces tú solo haces eso y ya?

—No, no solo eso. A veces me piden que ayude con las cosas en los eventos, como traer agua pa’ los artistas, mover equipos. Y cuando hay conciertos, me ponen a organizar los camerinos. Es como de to’ un chin, ¿tú me entiendes? Pero no me quejo, cada quien hace lo suyo pa’ ganarse la vida.

—Bueno, pues te diré que lo pensaré… aunque me da miedito meterme en ese mundo.

—Na’, tranquila, que si tú entras no es pa’ volverte loca ni nada. Es un trabajo como cualquiera. Y si ese tipo no está, mucho mejor. Eso sí, ¡a bregar con las estrellas, eh!

Luces, cámara. ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora