Love Inmortal [EN EDICIÓN] [Kol Mikaelson]

02. Smells Like Teen Spirit

| Recuerda ser fuerte, pequeña, no dejes que nadie te pase por encima ni siquiera tu propio padre |

—Jenna Sommers.

—Aquí estamos.

—Nuestro último año de preparatoria —siguió Iris.

—Nunca me esperé llegar a este momento —comenté, seria.

Las tres nos quedamos viendo el colegio, mi mirada se posa alrededor viendo como todos sonreían y se saludaban con sus amigos, sin imaginarse que existe un mundo sobrenatural lleno de perdidas y caos. Como me gustaría ser uno de ellos, pero no todo lo bueno podemos tener.

Entramos al colegio, Joey y Iris hablaban de la fiesta de la fogata que habrá ahora en la noche. Como siempre hacen cada inicio de clases, pero mi mente estaba en otro lado, no podía dejar de pensar en esta nueva etapa y sin Jenna, quien me daba muy buenos consejos. Fue más mi madre, que mi propia madre. Aun la extraño y no supero todavía su perdida.

En eso la voz de Iris interrumpe mis pensamientos.

—¿Tú iras?

Me detengo y me giro para mirar a mis dos amigas, estaba confundida y perdida de la conversación.

—¿Qué?

Iris rodó los ojos.

—A la fiesta, habrá chicos ahí —sonrió divertida.

Fruncí el ceño, mirándola.

Joey se ríe.

—Si, creo que me quedaré en casa leyendo un libro —comenté, las sonrisas de ellas desaparecen al instante que dije eso.

—Escucha, sabemos que has pasado por mucho ¿si? —apoya su mano en mi hombro, Iris—, perdiste a tu tía Jenna, te entiendo. Esta nueva etapa sin ella te esta costando, tus padres te aislaron de todo y pasaste tu infancia combatiendo vampiros por culpa de tu padre. Y tal vez no lo entendamos, pero ya basta de torturarte con el pasado Gwen.

Miro a otro lado, para no tener que mirarla a los ojos y no podía. Cada que cerraba mis ojos, aparecía yo ahí sufriendo sola en esa casa del lago. Pase toda mi vida aislada y fue horrible, ahora salgo porque mis padres fallecieron y Elena y Jeremy están para mí en todo momento, ellos son la única familia que me queda.

—Lo que quiero decir es que, no estás sola —continuó, Iris—, aquí nos tienes a nosotras y a todos los que te queremos.