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Manon corrió hacia Harry casi con la misma intensidad con la que Mal corrió hacia Ben. Harry pasó sus brazos por la cintura de Manon casi al instante, atrayéndola con fuerza hacia su cuerpo.

—¿Estáis bien? —le preguntó Harry en un susurro al oído.

Manon sonrió y asintió, rodeando el cuello del chico con los brazos. Se acercó más a su oído, su aliento rozando suavemente su piel.

—Puede que Mira y Uma ya sepan que nos hemos estado besando —susurró, un poco avergonzada.

Harry rió levemente, un sonido bajo y casi cómplice.

—Bueno, entonces puedo hacer esto —murmuró, y con una mano suave en la barbilla de Manon, la acercó para besarla.

Desde la distancia, Mira y Uma intercambiaron miradas y, sin pensarlo dos veces, golpearon a Gil en el brazo para que mirara. El rubio abrió los ojos sorprendido al ver a sus dos amigos besándose.

—Pensamos que Audrey está en la cabaña de las hadas, pero no sabemos exactamente dónde. ¿Te ha llevado alguna vez? —preguntó Mal a Ben, ignorando el espectáculo a su alrededor.

Manon, apoyada en el pecho de Harry, miró a su hermana, atenta a la conversación.

—En las fiestas de Hada Madrina. ¿Dónde estará el Hada Madrina cuando la necesitas? —preguntó Ben en voz baja, con cierta frustración.

—Ojalá lo supiera —respondió Jane, sentada a un lado, con una expresión de preocupación.

—Doug, ve con Jane. Nosotras encontraremos al Hada Madrina —le dijo Ben al chico de gafas.

Pero antes de que Doug pudiera responder, Uma, desde el fondo, levantó una ceja y dijo con desdén:

—Mejor alguien con más músculos.

Doug la miró, ofendido, mientras los demás intercambiaban miradas.

—Iré yo —dijo Gil, alzando la mano.

—Sí, me quedaría más tranquilo —añadió Carlos, mirando a Jane a su lado.

—Y yo también lo prefiero —aseguró Evie, asintiendo con seriedad.

—Y yo —finalizó Mal, con una pequeña sonrisa.

—La verdad, yo también —admitió Doug, resignado.

Manon no pudo evitar reírse, escondiendo su rostro en el pecho de Harry.

Gil, divertido, pasó un brazo por los hombros de Doug, como si fueran mejores amigos de toda la vida.

—Vale, tío, ya está. Andando, Jane —dijo Gil con una sonrisa.

Con eso, los tres se alejaron de la casa, listos para buscar al Hada Madrina mientras el grupo se quedaba atrás, esperando ansiosos el próximo paso.

Con eso, los tres se alejaron de la casa, listos para buscar al Hada Madrina mientras el grupo se quedaba atrás, esperando ansiosos el próximo paso

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Manon | DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora