Capítulo №6

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Mis ojos ardían, me dolía la cabeza y comenzaba a tener mucho sueño, cómo supuse, no dormí nada

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Mis ojos ardían, me dolía la cabeza y comenzaba a tener mucho sueño, cómo supuse, no dormí nada. La cama era cálida, suave y acogedora, la mejor en la que había dormido en toda mi vida, intentaba dormirme, pero no podía dejar de repetir la escena en la que Taien me miraba con asco y eso me llevaba a tener ataques de ansiedad. Era temprano, y Maen vino a ayudarme como prometió, me metió en la bañera con agua caliente y echó muchas cosas perfumadas al agua. Se encargó de peinar mi cabello hasta que cada riso quedó en el lugar correcto, me perfumó por completo y agregó hidratantes a mí piel haciéndola ver húmeda y brillante. También me maquilló de una manera suave, resaltando mis ojos y mis labios, pero nada que no se viera natural. En todo momento decía que debía mostrarme como era, cruda, al natural, y dar lo mejor de mí como si se tratase de una feria de vacas.

Estaba muy agradecida con Maen por las molestias que se tomaba por mí, me sentía como un proyecto, como algo que le quedó pendiente, quizá su sueño era tener una hija, una compañía, y no pudo. Permanecí en silencio y observé a través del espejo todo lo que ella hacía, estaba más emocionada que yo, eso era seguro. Quería que quede perfecta, pero... Perfecta ¿para qué? ¿Por qué debían ver mis partes íntimas? ¿Por qué debía de mostrar mis atributos para agradarles? ¿Por qué era la única que iba a hacer esto? Cada día que pasaba tenía más preguntas y nadie me las respondía de manera completa, respondían pero a medias.

—Más perfume —dijo antes de bañarme en el aroma más delicioso que haya sentido antes.

—¿Huelo mal, Maen? —consulté y ella me miró extrañada, luego soltó una carcajada y negó con la cabeza.

—Hueles hermoso, ¿por qué preguntas?

—Porque siempre olía mal, y a veces pienso que sigo oliendo mal.

—No, cariño, hueles delicioso siempre. Pronto comenzarás a olvidar todo eso...

Evitaba verme al espejo, ver mi cuerpo desnudo bajo la tela me hacía replantear la idea de asistir. Quería salir corriendo y pedir que me colgaran, me gustaba este lugar, me gustaba la vida que tenían aquí, amaba a las personas que hacían mi vida mejor, pero detestaba tener que pasar por algo en contra de mi voluntad.

—Ponte esto —me extendió una bata de abrigo, por suerte cubría absolutamente todo y por primera vez en la mañana respiré sin dificultad—, Tendrás un escolta, es el nuevo Sargento, Nehiam.

Nehiam, me sonaba ese nombre, pero no sabía de dónde. por la terminación en Am era un Anion. La puerta recibió dos golpes y sentí el estómago temblar.

—¿Y Taien? —pregunté con miedo.

—Él estará ahí esperándote.

—¿Qué tengo que decir? —pregunté con desesperación.

—Nada, tú tranquila —pidió y frotó mis hombros—, esto no es un juicio ni una sentencia, es una celebración, eres un milagro, Helen.

Asentí. No estaba tan convencida de que sea un milagro, pero no quería defraudarla con mi cobardía.

ANION #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora