Era un día hermoso, soleado y con una fresca brisa que movía mis rizos rojos de un lado a otro. Vestía pantalones de lino color beige, zapatos bajos y una camisa blanca y chaqueta marrón, me había echado mucho perfume, cosa a la que me volví adicta. A cada rato retocaba mi labial rosado y buscaba mejorar la postura de mi espalda encorvada de tanto trabajar. Pero por más que hiciera lo que hiciera, Loren, la prometida de Taien, lucía fina y elegante sin intentarlo.
Era un desayuno informal en el centro de la ciudad, Taien, Loren, Maen y yo compartíamos una mesa en la terraza con vista a la torre Eiffel, el mismo lugar al que Maen me había traído días antes. Caminamos toda la mañana visitando lugares y Taien me compró absolutamente todo lo que me gustó. Comenzaba a enamorarme de esta vida muy rápido, aunque hubiese preferido que fuésemos solo mi hermano y yo sin tanta compañía invasiva, nosotros dos podíamos pasar el rato sin hablar y comunicándonos con la mirada, o quizá hablar sin parar, era un lenguaje íntimo, algo que nunca había tenido con nadie, ni siquiera con mi amigo Romen. Me molestaba tanto verlo junto a una mujer que no fuese yo, él ni siquiera la miraba o la tocaba, no como lo hacía conmigo.
—¿Qué vestido te pondrás? —consultó Maen mientras mirábamos la vidriera de una chocolatería.
—¿Cuál crees que es acorde para la ascensión?
—El más elegante y sobrio que hayamos comprado, recuerda que hay una recepción luego y será elegante.
—¿El rojo sería mucho? —dudé.
—No si quieres llamar la atención...
—Quiero lucir bella —farfullé.
—Siempre estás bella.
*
Taien nos llevó a conocer el palacio Real, los campos, las fincas, los animales y las grandes huertas. Había muchos más turistas en el lugar disfrutando de la visita guiada y el privilegio de estar ahí. Todo era más hermoso de lo que haya visto antes, pasto cortado perfectamente, árboles, arbustos y plantas armoniosas a la vista, pero había algo en ese lugar que me conectaba con mi hogar, y era el leve olor a granero, podía sentirlo en el aire, había animales cerca.
—Qué tedioso debe ser tener personas invadiendo tu privacidad todo el día —dijo Loren, refiriéndose a la realeza y nuestra visita intrusa.
Iba caminando con el brazo entrelazado con Taien y parecía no querer soltarlo, yo iba junto a Maen, casi no prestaba atención a lo que decían, pero su comentario me llamó la atención.
—El precio de ser la realeza —respondió Maen—, están acostumbrados a la atención.
—Es un lugar muy grande para unos pocos —repliqué y voltearon a verme—, de hecho, ¿Cuántas hectáreas son? —consulté alto para que el guía me oiga.
—Muchas, señorita, están rodeadas de basto espacio verde.
El mundo era diferente, todo debía ser cultivado por uno mismo, animales criados de manera sana, no existían comidas que en la antigüedad se le llamaban procesadas, el ser humano actual vivía de la caza y recolección, lo que llamaban alimentación prehistórica, y era la única manera en la que se podía revertir la contaminación que aún nos ahogaba. Ya no existía el combustible tóxico, ni los contaminantes, tampoco el plástico, todo era más sano, ni quisiera teníamos acceso a la tecnología, pero aun así, seguía habiendo diferencias, todo continuaba siendo una balanza inclinada hacia la injusticia.
A mi izquierda veía a los jardineros cubiertos de trajes blancos, con máscara y protección, poniendo liquido en los rociadores del suelo para fertilizar diariamente la tierra y bajar el nivel radiactivo, lo sé porque es lo mismo que hacían en la parcela de mi hogar con las huertas, solo que nosotros no teníamos jardines, al contrario, nuestras calles eran áridas, casi sin árboles y todo siempre estaba cubierto de polvo rojizo. Lo único fértil eran los campos de cosecha y lugares donde los animales pastaban, «era muy costoso fertilizar para que crezca en toda la superficie», decían como excusa, pero aquí lo gastaban en arbustos meramente decorativos, ¿cuantos litros por día debían desperdiciar para eso?

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ANION #1
Science FictionPrimera parte saga IRIS. "Él es un militar entregado a su trabajo con motivaciones oscuras y dispuesto a todo por ascender, ella es una inocente a quien tiene que proteger del mismo mundo en el que anda. Que se enamoren no fue el problema, sino que...