Max correspondió el beso del mexicano apasionadamente, se amaban y ambos lo sabían. Las de manos de Sergio fueron a las caderas de Max, tomándolas de una forma suave y tierna. Max, al sentir esto se alejó del mexicano, aun no estaba del todo seguro que sus palabras sean ciertas.
Sergio, ¿estás seguro de esto?.—dijo bajando un poco la cabeza— Si Max, estoy seguro de que te amo— respondió mientras sacaba algo de su chaqueta, aun mojada por la lluvia.— ¿Recuerdas que te dije que salí por algo?, pues fue por esto.— en ese momento, Sergio saco un hermoso tulipán amarillo, especialmente para Max— Lo traje para ti mi güerito— Max tomó el tulipán, era hermoso, no dijo ni una palabra, su mirada hacia Sergio lo delataba y le contaba todo lo que sentía por el.
Max abrazo al mexicano sin aviso, después, empezó acariciar sus mejillas con suavidad.
Y el roce de sus labios empezó, retomando el dulce beso que habían dejado atrás hace apenas unos segundos, Max tomó al mexicano en sus brazos para llevar hacia la cama.
Al llegar a la habitación, Max dejó al mexicano en la cama mientras lo seguía besando y se posaba encima de el, dejando un ambiente de pasión desenfrenada por toda la habitación, Sergio solo podía disfrutar de volver a tener al güerito en sus brazos, las manos del mexicano pasaban por toda la espalda de Max, dejando al holandés con ganas de más...
Nada más importaba, por fin Sergio estaba en paz sintiéndose vulnerable con Max.
Por un momento sus labios se separaron, ambos se miraron a los ojos, sumergidos en deseo y amor, la ropa empezó a caer poco a poco, sus respiraciones cada vez eran más profundas y agitadas.
Los dedos de Max se entrelazaron con los de Checo, el mexicano sintió el calor de la piel del güero, después de unos segundos sus labios se volvieron a encontrar en un ferviente beso, mientras Max sentía el sabor de la boca de Sergio.
Los cuerpos se acercaron hasta tocarse, sintiendo el calor uno del otro, dejando todo de ambos en esa noche, expresando todo lo que sentían por el otro. Sus cuerpos se movían a la par, y la pasión encontró su punto máximo, el placer y el amor se fusionaron en un momento de pura pasión.
La noche se desvaneció con caricias y besos suaves, con la respiración entrecortada, Sergio susurró "te amo mi güerito" al oído de Max, quien sonrió y respondió "yo también te amo pecas" mientras besaba sus mejillas.
Sergio se sintió amado al escuchar el dulce apodo por el que Max lo llamó,
Al terminar la noche, quedaron absolutamente rendidos y extasiados, esa noche de pasión marcó el inicio de su relación, llena de promesas y esperanzas.
El autor con dislexia.
Me encantaría escribir más, pero me es imposible. El rumbo de esta relación es cada vez más claro...
Como podrán ver notado, cambie la narrativa, espero sea un cambio optimo.
Acabo de leer el capítulo por cuarta vez, JAJAJA, estoy bien pendejo para escribir bajo presión, disculpen los errores.
