Austria Vol.4

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Max despertó en el pecho del mexicano, quien ya se encontraba despierto acariciando el cabello dorado de Max.

Buenos días mi güero.—dijo el mayor— Buenos días mi pecas—decía mientras sus labios se dirigían a los de Sergio, dandole un pequeño y tierno beso.

Sergio por un momento se quedo perdido en los ojitos azules del holandés, imaginando la posibilidad de verlos todas las mañanas al despertar. Paso sus manos por la espalda del menor, en un cálido y cautivador abrazo.

Quiero quedarme así para siempre...—mientras abraza al holandés con más fuerza—A mi también me encantaría Sergio, pero sabes que tenemos otras obligaciones...—Max lo dijo haciendo referencia a la familia de Sergio.

—Sergio buscó la mirada de Max— oh mi amorcito corazón—tomó la mano del menor— eso no impedirá que te ame...—decía mientras besaba la mano de Max.

Los ojitos del holandés empezaron a brillar por las palabras de Sergio, está vez si estarían juntos.
Max interrumpió el romance del momento al percatarse de la hora, se supe que se debería de haber ido a las ocho de la mañana, estaba a diez minutos de aquella hora.

Sergio!, ¿ya viste la hora?—No, ¿tienes algo que hacer güerito?— agh! Si, se supone que yo debería de estar tomando un vuelo.—en su desesperación, se dejo caer a la cama por el estrés— Sergio miro a Max, y soltó una pequeña risa, se veía tan chistoso cuando se enojaba— Tranquilo mi amorcito corazón— con un tono burlesco— pero no te rías... — jaja, ay mi güero—se acostó al lado de el, dandole un besito en su rosada mejilla y susurrándole al oído— mejor no te estreses cariño, te vas a hacer viejito mas pronto, mejor vamos a desayunar, ¿te parece chiquito?— Max se estremeció al escuchar la voz tan sensual del mexicano, pero eso hizo que su estado de ánimo cambiara repentinamente, se volvió hacia Checo, miro sus hermosos ojos cafés verdosos y aceptó la oferta— bueno, si lo pones así, me encantaría pasar el resto del día contigo...

Entonces vístete cariño— se paro de la cama y se  vistió con la ropa que tenía ayer por la noche.

Max solo pudo suspirar, no podía creer que esto estaba pasando, parecía un sueño del cual no quería despertar...

El resto de la mañana transcurrió con tranquilidad, tuvieron un desayuno tranquilo y lleno de amor. Pero llegó el momento más triste del día, tendrían que decir adiós, por lo menos hasta el siguiente gran premio en gran bretaña.

Estaban en el hotel, donde nadie los podía ver, donde no había testigos del idilio que los mantenía absolutamente vivos y absolutamente muertos al mismo tiempo.

Sergio miro los lindos ojitos azules de Max, y le dió un gran abrazo, esperando volver a verlo... Max correspondió el abrazo —no me quiero ir Sergio, quiero quedarme contigo para siempre...— Sergio sonrió y miro a Max—yo también quisiera que te quedarás más tiempo mi güero—el castaño noto una lagrima recorriendo la mejilla de su amado, con un movimiento  suave la limpio— tranquilo mi amorcito corazón, nos veremos pronto...—

Entre lagrimas ambos se despidieron, aunque por dentro se sentían felices, sabían que se amaban y con eso bastaba.

Sergio estaba un poco preocupado, se iba a quedar más tiempo ya que tenia que hablar sobre su contrato, quizás renovar ya no era una opción para el...

El autor con dislexia.
Me puse a chambear. 😘
Ahora va haber capítulo los 10 y 20 de cada mes, este caso es una excepción, ya que es un capítulo corto que no agrega mucho a la trama. Quizás al terminar esta historia me tome un pequeño descanso, ó quizás escriba otra historia.

Solo en Mónaco...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora