Hungria... Vol.1

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Hace apenas unas semanas que los enamorados se habían visto, ya estaban impacientes por volver a besar sus labios candentes, de mirar sus ojos llenos de pasión, de acariciar su piel con delicadeza pero también sin pudor alguno...

El gran premio de Hungria había empezado...

Max estaba desesperado por ver al mexicano, después de aquella noche llena de romance, no podía dejar de  pensar en su cuerpo sobre el suyo... solo esperaba llegar al paddock y ver esos hermosos ojos cafés, esos ojos que quitan el sueño, ese café que produce desvelos.

No espero mucho, lo vio llegar bastante feliz, en la vida del mexicano todo iba a bien... después de ganar esa ultima carrera, la prensa lo comenzó a amar devuelta, estaba profundamente enamorado de un güerito el cual correspondía su amor. Sus hijos lo miraban mucho mas, podía convivir mucho mas con su familia, y comenzó a hablar con su esposa sobre un posible divorcio... ya que ambos se amaban, pero no estaban enamorados.

En cambio Max, no estaba del todo contento con lo que pasaba actualmente en su carrera, el auto le estaba fallando demasiado, a veces sus sentimientos lo controlaban y lo hacían llorar toda la noche... lo único que lo consolaba era saber tenía a alguien que lo amaba sin importar qué...

Esas semanas en las cuales no veía al mexicano, eran un infierno para Max... le daba miedo que estar solo últimamente, sus inseguridades lo atormentaban por las noches, haciendo imposible descansar.

Una noche en especial, hace un par de días, Max estaba sumido en depresión, lloraba desconsoladamente abrazado almohada, imaginaba que se trataba de Sergio... sintió la necesidad de llamarle, pero sabía que no podía. Él estaba con su familia y si le llamaba quizás empezarían a sospechar...

Pero recordó que el horario es diferente, en países bajos eran las 2:50 am, en México serían las 9:50, casi las 10 de la mañana... él mexicano probablemente estaría entrenando. Sin perder el tiempo Max le llamó, pensó que quizás no respondería y estaba en todo su derecho de hacerlo, pensó el güero, Sergio debería estar con su familia disfrutando del poco tiempo que pueden pasar juntos.... No debería de estar perdiendo el tiempo con él.

Para su sorpresa, el mexicano contestó en cuanto marcó...

ℒ𝓁𝒶𝓂𝒶𝒹𝒶...

Max!, no esperaba tu llamada... ¿cómo estas mi güero?— Dijo el mayor en voz baja— Sergio...—Contestó Max sollozando—¿Max?, mi güero...¿que pasó?—Max se quedó en silencio, no sabía que decir, o como explicar porque estaba así— Mi güero... tranquilo, no sé que tengas amor mío, pero recuerda que te amo...—Los sollozos de Max eran cada vez menos frecuentes, al parecer había funcionado y se había calmado— Sergio... yono digas nada, mi amor... aun es muy temprano para ti, ¿no?S-si...Descansa, mañana te sentirás mejor... ¿si, mi amorcito corazón?— Esta bien, mi pecas... Te amo— Dijo Max con una voz entre cortada— Yo te amo mucho más, mi güerito.

Max colgó, la voz del mayor lo había tranquilizado y pudo descansar en paz...

Esto era un recuerdo de Max, el cual estaba perdido en sus pensamientos... un abrazo del mexicano fue que lo sacó de su trance.

¿Qué pasa mi güero?, ¿no me piensas saludar?—Dijo Sergio con una sonrisa en sus labios—Sergio... — Max se hundió en el cuello del mexicano— Te extrañé mucho pecas...—Yo también, mi güero...— Por un momento ambos se olvidaron que estaban en público, pero su pasión era tal, que no podía ser contenida solo por un par de miradas... —Tranquilo mi güero... recuerda que estamos en público.—dijo el mexicano algo preocupado, ya que aunque no le importaba tener una relación con Max publica, él aún seguía casado, los tramites del divorcio tardaría bastante, y no quería que un escándalo arruinara su carrera...

Solo en Mónaco...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora