Mónaco Vol.4

37 6 0
                                    

Sergio se sintió muy confundido y extraño por el comportamiento de su compañero, pero por alguna razón... los besos de Max eran tan delicados, suaves y deliciosos que era imposible no corresponder a ese agraciado beso. Después de unos segundos se separaron un poco, ambos estaban agitados y nerviosos por lo que estaban haciendo, en los pensamientos de Sergio esto no era correcto... pero se sintió tan bien que no le importo mucho, Max miro los hermosos ojos de Checo y volvió a acariciar su mejilla con dulzura mientras le decía- Max: ¿sabias que tus pecas parecen unas lindas constelaciones?... Checo: Max.. - Max volvió a besar a Sergio mientras este aceptaba con gusto, después de unos segundos Sergio se separó, según el no era correcto lo que estaban haciendo los dos eran simples compañeros de equipo, además Sergio esta casado y tienes a sus pequeños esperando en casa... —Sergio: Max.. estas muy ebrio —dijo mientras se levantaba— Max: No te vayas.. quédate a mi lado. —Sergio: No te preocupes estaré en la otra habitación por si necesitas algo... — Max solo podía pensar que necesitaba a Sergio a su lado...

En la mañana, Max despertó con un dolor muy fuerte en la cabeza debido al alcohol que había consumido la noche anterior, incluso llegó a pensar que los dulces besos de Checo habían sido un simple sueño. Max se paro un poco mareado del sillón, yendo a buscar a Sergio para su sorpresa el ya estaba esperándolo en la cocina, le había hecho el desayuno a Max —Sergio: buenos días Max, ¿como estuvo tu noche? —Max: bastante bien, pero justo ahora me estoy muriendo por el dolor de cabeza...
Sergio: Me lo imagine... ayer estabas muy ebrio, incluso.. —Max: incluso...? —lo único que pasa por la mente de Max es que, lo que paso no fue solo un sueño.— Sergio: debo saber... ¿es verdad todo lo que dijiste anoche?
— Max: Sergio... lo siento mucho no era mi intención —Sergio: pero lo sientes de verdad, ¿no? —Max: eso creó, lo siento mucho.
—mientras max estaba sumido en la desesperación Sergio sintió algo en el pecho, por alguna razón se emocionó al escuchar las palabras de Maxie— Sergio: no te preocupes por tus sentimientos, se que soy irresistible—decía con tono burlesco— Max: ¿que?...—dijo con un tono algo nervioso— Sergio se acercó bastante a Max, ahora siendo el quien acaricia con dulzura la mejilla de Max— Sergio: tienes unos ojos maravillosos, son tan azules como cuando el cielo se refleja en el mar. — Max quedó perplejo por las tan encantadoras palabras del mexicano, Sergio sin pensarlo dos veces le dio un tierno beso a Max, en el cual la vida de ambos a cambiado para siempre.

Otro vez el wey que escribe
Quizás sea hora de un romance trágico, o no.

Solo en Mónaco...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora