Seraphina VS el universo unOrdinary

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Arlo siempre se sorprendía sobre como las cosas simplemente le salían de mal en peor.

Casi desde el mismo instante que decidió que tenía que hablar con Seraphina, esta permanecía sin ser ubicada. Igual a cuando fue secuestrada anteriormente. Casi hasta le hizo dudar de todas las sospechas que tenía hasta ese momento.

Como un déjà vu de mal gusto, volvió a mover a su gente para que la buscaran en la escuela, pero se hizo obvio que la pelimorada no se encontraba en Wellston. Para el rubio, era simplemente otro dolor de cabeza detrás de todos los problemas que aparecían de forma continua.

Lo peor, para él, es que incluso en esta situación no podía descartar a Seraphina como sospechosa. ¿Fue atacada como los otros estudiantes? No era fiable, había demasiadas coincidencias que la señalaban a ella como responsable, involucrada como mínimo. ¿Y si estaba huyendo para que no fuera atrapada? Esa idea era muy incriminatoria. Y luego estaba el hecho de que, como lisiada, medio mundo conocido podría decidir azarosamente cobrar viejos rencores, por lo que también era aceptable de que alguien más se estaba desquitando con ella.

Y en medio de sus pensamientos, un mensaje le llegó al teléfono, proveniente de Isen. Recomendaba elevar la situación al equipo directivo de la escuela.

Arlo, quien en ese momento estaba en la biblioteca esperando por respuesta, se llevó las manos a la cabeza. Se sentía sobrepasado, sin opciones, completamente hundido en un pozo sin fondo del que no parecía haber salida. Pedir ayuda a su tía, quien trabajaba con las autoridades, podría incluso empeorar la situación. Y por mucho que deseara mantener un perfil bajo, hasta ese momento lo tenía todo en contra.

Para colmo, recibió un palmetazo repentino desde atrás hacia su nuca.

— ¿¡Qué demonios!?

— ¿Mal momento para decir que te lo dije?

John se encontraba allí, completamente recuperado, y mirándole con la misma cara de odio de siempre.

— ¿Qué me dijiste qué?

— Que Seraphina no era la culpable.

— ¡Venga, cierra la boca! ¡No tienes ni una idea de lo que está pasando!

El pelinegro se extrañó de que Arlo se atreviera a ser tan desafiante.

— Debes estar realmente en tus límites.

El rubio apretó los dientes.

— ¡Es cosa de que algo más salga más, y las autoridades tendrán que intervenir en Wellston!

La actitud calmada de John se esfumó con esas palabras.

— Eso no, no quiero a las autoridades en esto.

— ¡Pues estas contra el tiempo, genio! ¡Así como vamos, son 3 intentos de asesinato! En cualquier minuto un equipo de investigadores inundará la escuela, si no lo están haciendo ya.

El ritmo cardiaco de John se aceleró, y se mostraba muy intranquilo.

— Por cierto, me sorprende que ya estes recuperado. Elaine y la otra chica no han tenido tanta suerte.

— No me compares con esas escorias.

Arlo suspiró.

— ¿Cómo lo hiciste la última vez para encontrar a Seraphina!

— ¿Qué dijiste?

— Ella esta perdida, otra vez, antes de que siquiera pudiera preguntarle algo. Entiendo que tu supiste donde estaba, y llegaste poco después de nosotros. ¿Quién te dijo dónde estaba Seraphina entonces?