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📍Mazatlán Sinaloa| 11:30 AM.

Buenos días mi corazón de melón—llegó mi mejor amiga literalmente gritando a mi cuarto, estaba tan agusto dormida que solo le tiré una almohada en la cabeza.
—Cállate, me duele la cabeza ana.
—Deja de ser tan dramática—dijo destapándome—Hoy tenemos que ir a buscar nuestros mejores oufits para esta noche.
—¿Qué hay o qué?—dije sin mucha emoción tallándome los ojos, todavía con sueño.
—Si serás idiota, la mejor noche del año aquí, vendrá natanael cano boba—dijo mi amiga mirándome emocionada.
—Que hueva ana, tengo cero ganas de ir a conciertos.
—Pues ya es tarde, ya compré las entradas en filas VIP, no puedes negarte o te quemaré en tiktok como la peor mejor amiga del mundo—dijo viéndome mal.
—Bien, pero nos regresaremos temprano—dije rodando los ojos a lo que ella me abrazó.—Eres la mejor amiga del mundo mundial.
—Lo sé tonta, ahora salte para que me pueda cambiar y irnos al centro comercial.
—Esme, tienes un armario gigante vete y cámbiate haya.
—Por cierto, ¿nos alistaremos juntas?—dije mirándola.
—Claro, si hasta pedí permiso para dormir aquí en tu casa bobis—dijo riendo.
—No tienes remedio—dije riéndome.

Ana era mi mejor amiga desde la primaria, la verdad era la persona más importante en mi vida por qué ella siempre a estado para mí en los momentos difíciles y peores de mi vida, como en los mejores también, es como si fuera mi hermana ya que mi propia hermana no es capaz ni de mandarme mensaje para saber cómo estoy.

Me aliste rápido, con un cambio sencillo por que iríamos solo a dar vueltas, la verdad solo voy a este concierto por ana a mi no lo negaré, me gusta mucho la música de él, pero no sería tan fan como para ir a un concierto.

Salí de mi armario buscando mis lentes de sol por qué no tenía planeado maquillarme, solamente me puse bloqueador solar.

—Esmeralda Coronel!!—gritó mi amiga.
—Voy—dije gritando también.
—Ay mija, tienes como una hora arreglándote.
—Tengo un montón de hambre—dijo ella mirándome mientras bajábamos las escaleras.—hay que llegar a un lugar a comer.
—Si, yo muero de hambre.

Nos fuimos directo a mi carro, prendiendo el aire acondicionado por el calor de aquí en mazatlán esta infernal.

Mientras yo manejaba ana ponía música, claramente de natanael por qué dice que ella quiere ponerse al corriente con sus canciones.

Después de unas canciones llegamos al centro comercial, yo un poco aturdida por la música del carro y claro, los gallos de mi estimada.

—Que calor infernal hace aquí—dije.
—Hay ya se, no soporto vivir aquí.
—Cálmate ridicula, bien que vamos a la playa siempre—dije riéndome y ella también se rio.
—Mira entremos a esa tienda—dijo señalando a una boutique.
—Vamos entonces.

Entramos a la boutique y estuvimos viendo varios oufits, yo me decidí por una falda y unas botas medio altas plateadas, me faltaba el top pero en mi armario tenía algo parecido que le podía quedar perfectamente.

Ana también consiguió su oufit en esa boutique, bendito dios por que realmente no tengo tantas ganas de andar de arriba para abajo.

Después de eso nos fuimos a desayunar por qué ana estaba que no la soportaba, a cada rato se quejaba de que tenía hambre.

Llegamos al restaurante y después de unos varios minutos se nos acercó el mesero.

—Buenas tardes señoritas, les dejo la carta y en un momento vuelvo para tomar su orden.—dijo este a lo que nosotras agradecimos.
—Todo se ve tan rico—dijo ana mirándome.
—Estoy de acuerdo contigo, pero iré al baño ahora vuelvo—dije parándome de la mesa.
—No te tardes!!—dijo esta y solo asentí.

Llegué al baño y hice mis necesidades, para posteriormente salir y lavarme las manos.

Ya había emprendido mi camino hacia mi mesa, pero saliendo del baño me topé con una persona y caí al piso, por accidente.

—Lo siento, venía distraído—dijo el muchacho, algo alto.
—Claro, discúlpame a mí por venir distraída—dije roja de la vergüenza a lo que solamente me levanté y me fui de ahí lo más rápido que pude.

De la vergüenza ni siquiera pude verle la cara.

—¿Qué tienes esme?.
—Nada, me estrellé por accidente con un muchacho y me dio tanta pena—dije aún roja.
—Ya ordenaste?—dije cambiando de tema.
—Si y te ordené unos chilaquiles con jugo de naranja.—dijo riéndome, me encanta que me conozca tan bien.

El trayecto fue un poco corto, comimos y después nos retiramos no sin antes ver que había muchísima gente de un momento a otro.

Ana empezó con sus bromas de que "te imaginas que sea un famoso" típico, pero decidimos irnos del lugar ya que había demasiada gente.

Nos aproximamos a mi carro, para subirnos y emprender nuestro camino hacia mi casa, ya que era un poco tarde y teníamos que alistarnos para el dichoso concierto.

En el camino me quedé pensando sobre el muchacho con el que choqué hoy, su voz se me hacía conocida pero no la distinguí bien.

Entre la vergüenza y mi torpeza simplemente me desconecte del mundo por unos segundos cuando chocamos.

Llegamos a mi casa y nos dispusimos a buscar el top que le quedaría perfecto a mi conjunto que había escogido.

Para después meterme a bañar y salir a secarme el cabello, tengo mucho y siempre me tardo horas para peinármelo.

A mi lado estaba ana, buscando no sé qué zapatos en mi armario que dice que le quedarán bien.

Mis pensamientos se fueron en el concierto de hoy, no soy mucho de salir y ojalá no me arrepienta de ir.

Sinceramente no creo que sea mala idea, después de todo solo era un simple concierto.

No había de mucho de qué preocuparse, ¿oh si?.

































Sin ellos saberlo, el destino ya los presentó.🫣

Diosa; Natanael Cano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora