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📍Mazatlán| Sinaloa 10:30 AM

Narrador Omnisciente

Aquella mañana en mazatlán, el sol muy radiante y el calor que caracterizaba ahí.

Esa mañana la amiga de esmeralda se levantó más temprano que ella, para preparar el desayuno y que después se fueran juntas de compras.

Esmeralda aún en su quinto sueño ella sentía que la llamaban así que decidió despertarse.

—Esme—dijeron en un susurro.
—Mande?
—Ya está el desayuno corazón—dijo ana moviéndola un poco para que se despertara.
—Claro ya voy—dijo levantándose y tallándose los ojos.

Inconscientemente esmeralda recordó la conversación que tuvo con natanael aquella noche que pasó, su mente todavía no podía creer que él se hubiese interesado en ella.

Ella sabía que era hermosa, pero jamás había llegado al punto de pensar que podía gustarle a un artista.

Ella sonrió y su amiga la miró con rareza.

—De que te ríes loca?—preguntó ana.
—Ay es que me acordé de algo—dije.
—Te acordaste de cómo nata anoche te comía con la mirada?—dijo riendo mientras las dos bajaban las escaleras de la casa de esmeralda.
—No seas tonta, ósea si me chiveo pero cállate.

Bajaron y comenzaron a desayunar entre pláticas y risas ana le dijo a esmeralda que debían ir de compras ya que ana necesitaba unas cosas para su hermanita, la cual pasarían por ella antes de ir al centro comercial.

Esmeralda aceptó, pues no tenía nada importante que hacer y le encantaba pasar tiempo con la hermana de ana.

Terminaron de desayunar y se fueron a arreglar, esmeralda le prestó de su ropa a ana, ya que no le importaba tener que compartir su ropa con su propia mejor amiga de toda la vida.

Se alistaron, maquillaron, peinaron entre risas y cantadas que tenían con la tele encendidas y canciones de natanael, que claramente ana puso.

Esmeralda no podía evitar pensar en que inconscientemente se le hacía guapo nata.

Después de que se terminaran de alistar, bajaron para irse en el carro de esmeralda, ya que como era una camioneta era más cómodo.

Dispusieron su camino a la casa de la mamá de ana, para ir por su hermana.

Estaban tranquilas en el camino escuchando música hasta que ana habló.

—Te imaginas que el nata y tú sean novios?—dijo esta riendo.
—Estas loca—dijo esmeralda riendo también.
—Es una posibilidad, le gustaste y no dudo en que se muera por querer volver a encontraré.
—No lo sé, es cantante seguro puede tener a miles mujeres mejor que yo—dije con la vista fija en el camino.
—Estás mal esmeralda, tú eres demasiado guapa y bonita como para que él te pueda hacer caso, es más hasta más cantantes no dudaría que si te vieran se enamorarían también—dijo ana viéndola y sonriéndole.

Eso era lo que esmeralda amaba de ella, que siempre la había sentir bien y que pasara lo que pasara, esmeralda sabía que ana siempre iba a estar para ella.

Después de varios minutos llegaron a la casa de la mamá de ana, ana se bajó sola ya que si esmeralda se bajaba con ella, la mamá de ana iba a sacarle miles de platicas y ahí se iban a quedar todo el día.

Llegó ana con su hermanita acomodándola en el asiento de atrás, está al ver a esmeralda sonrió con emoción.

—Tía esmeeee—gritó con emoción.
—Hola mi corazón, ¿cómo has estado?.
—Ahora que te veo mejor, te extrañé mucho—dijo tirándole un beso.
—Yo también princesita.
—Te quiere más a ti que a mi—dijo ana volteando los ojos.
—Cálmate celosa—dije riendo.

Emprendieron su camino hasta el centro comercial y al llegar lucia la hermana de ana se fue con esmeralda.

Esmeralda la traía agarrada de su mano, la niña tenía 6 años por lo que ya caminaba y hablaba perfectamente para su edad.

Viendo varias tiendas y midiéndole ropa a lucia se pasaron casi toda la tarde.

Después se fueron ahí mismo a comer, lucia quería una hamburguesa y jaló esmeralda hacia el puesto que había ahí de Carl's Junior.

En lo que esperaban a que les dieran su pedido esmeralda vio que lucia mantenía conversación con un muchacho a lo que le dio entre curiosidad y miedo.

—Lucia con quien hablas?—le dijo esmeralda.
—Con mi amigo nuevo, dice que se llama gabito pero le puedo decir gab—dijo sonriendo emocionada.
—Mucho gusto, gabito una disculpa si pensabas que era un acosador o que quería robarme a la niña—dijo un poco apenado.
—No te preocupes, esmeralda coronel— se presentó.

A ella se le hacía conocido, pero esmeralda tiene una memoria de dory, no recuerda casi nada.

—No te conozco de algún lado?—preguntó ella mirándolo.
—Supongo, soy gabito ballesteros—dijo mirándola.
—Claro, el que comentó mi foto anoche—dije riendo un poco.
—Si, perdón si te incomode o algo—dijo riendo.
—No te preocupes—iba a decir algo más pero la llamaron ya que su orden ya estaba lista.
—Ups, nos tenemos que ir gab—dijo lucia haciendo puchero.
—Luego nos veremos mejor amiga—dijo este sonriéndole.
—Claro, adiós mejor amigo—dijo sonriéndole y meneando su mano a lo que él le respondió igual.
—Adiós gabito, un gusto conocerte—dijo esmeralda agarrando a lucia y yéndose de ahí.

Sin duda alguna lo primero que pensó gabito es en que si era su hija o no, se empezó a cuestionar y a preguntar ya que se le hacía raro que anduviera sola con una niña.

Sin duda él no se percató de que venía con ana, pero no le interesó, lo que sí supo es que tenía que contarle a su amigo que había visto a esmeralda hoy.

Sabía que a nata le interesaba todo lo que tuviera que ver con ella, ya que sabía que esta chica lo había flechado desde el concierto de anoche.

Ahora solo le quedaba a él apoyar a su amigo y ayudarlo a acercarse más a esmeralda lo que sería difícil por qué sus días en mazatlán eran contados y se tenían que regresar a hermosillo sonora, a un concierto.






























Ay mi natita, todavía no le tocaba ver a esmeralda, el gabito bien modo FBI sin duda JAJAJAJA.

Diosa; Natanael Cano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora