La alarma rugió sobre la mesa de noche, Jimin se quejó, moviéndose en la cama. Abrió lentamente los ojos, entrecerrándolos ante la tenue luz que se filtraba a través de las cortinas, y extendió una mano somnolienta para silenciar la alarma del teléfono celular. Sus dedos buscaron a tientas la pantalla, finalmente encontró el botón para apagarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, la alarma volvió a sonar, su persistencia lo puso de los nervios.
— Apágate, mierda. — Gruñó, con la voz baja y enfadada. Finalmente, logró silenciar la alarma, pero el repentino silencio sólo resaltó su renuencia a levantarse de la cama. Odiaba tener que despertarse temprano, la idea de eso hacía que su cuerpo se sintiera más pesado, como si las mantas lo agobiaran.
A pesar de su aversión a levantarse en la mañana, Jimin sabía que no podía quedarse en la cama. Estaba trabajando temporalmente en una librería, un trabajo que requería que estuviera allí antes de que saliera el sol por completo. Sus tareas eran mundanas, pero necesarias: clasificar libros, mover caja tras caja en el almacén y asegurarse de que todo estuviera en orden para el día siguiente. La sola idea de todo eso lo desalentaba, pero sabía que tenía que superar su cansancio y ponerse en marcha.
Con un profundo suspiro, Jimin se quitó las sábanas y dejó caer las piernas al borde de la cama. Se frotó los ojos, tratando de sacudirse los restos de sueño, y se levantó lentamente, su cuerpo protestando por el movimiento repentino.
Arrastrando los pies por el suelo, Jimin se dirigió al baño, el frío de las baldosas contrastaba marcadamente con el calor de su cama. La ducha fue rápida, un breve respiro del frío que parecía filtrarse en sus huesos. Luego se cepilló los dientes, la rutina era un ritual reconfortante que lo ayudó a despertar.
Al salir del baño, la mirada de Jimin se posó en la pequeña cocina de su apartamento. Desayunaría en el trabajo, en un pequeño espacio de media hora en el que se le permitía comer. La idea era a la vez un alivio y una fuente de frustración; si bien le ahorraba la molestia de preparar una comida, también significaba que tenía que esperar hasta más tarde para saciar su creciente hambre. Ordenó su mochila con la comida lista para el día.
Bostezando, Jimin salió de su apartamento y la puerta se cerró detrás de él con un suave clic. El pasillo estaba tenuemente iluminado y el único sonido que se escuchaba era el suave zumbido del ascensor mientras esperaba a que llegara.
Por el rabillo del ojo, notó la presencia de su vecino, Jungkook, que estaba hablando con una chica que había visto rondando el edificio antes. La brillante sonrisa de Jungkook y su risa fácil contrastaban marcadamente con el propio estado de ánimo de Jimin, y sintió una punzada de envidia. Las mañanas eran agotadoras para él; las primeras horas siempre lo dejaban de mal humor y no había nada que pudiera cambiar eso, aunque tal vez el dinero que ganaría lo haría medio feliz.
Además, resultaba desconcertante ver a Jungkook sonreír. No era esa sonrisa radiante que iluminaba la vida de una persona, pero tenía algo suave y gentil, incluso amigable, que descolocaba a cualquiera. Sorprendentemente por las mañana sus estados de ánimo contrastaban de nuevo.
El ascensor se detuvo, y Jimin entró, presionando el botón que lo llevaría al primer piso.
Su mente empezó a divagar, imaginando un futuro en el que publicaría su propio libro, uno que sería aclamado por la crítica y la adoración de los lectores. Era un sueño que había albergado durante años, aunque parecía tan esquivo como siempre. Se imaginó a sí mismo de pie en una sesión de firma de libros, rodeado de fans que estaban pendientes de cada una de sus palabras, pero la imagen se vio rápidamente empañada por el pensamiento de sus escritos actuales. Si alguien los leía, estaba convencido de que vomitarían sobre ellos; en realidad no consideraba que sus escritos valieran la pena, sólo una colección de ideas a medio hacer y frases mal elaboradas.
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ORQUÍDEA DE VENAS AZULES ラン KOOKMIN
FanfictionJimin es un joven alegre y escritor mediocre que vive frente a Jungkook, un violinista talentoso pero malhumorado. A pesar de sus diferencias, la vida de Jimin se llena de color al conocer a Jungkook. A medida que Jimin trata de conquistar el corazó...