Capitulo 7

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~Massimo~

Camino alrededor de cinco de mis mejores asesinos mientras doy indicaciones precisas, quiero a la familia Mancini bajo mis pies y quisiera matarlos con mis propias manos, pero soy consciente de que su muerte no me corresponde a mi. Lo que si puedo hacer es torturarlos por un tiempo hasta que su verdugo esté listo.

Los despido con un leve movimiento y me alejo con mi móvil en la mano, estoy aprovechando la noche que estoy separado de ella para poder resolver los asuntos de mi clan, lo menos que quiero es que se de cuenta de mi doble vida.

Se que en algún momento debo ser completamente sincero con ella pero eso será cuando esté completamente seguro de que no va a abandonarme al enterarse de quien soy enrealidad.

El capo di tutti capi de la Cosa Nostra y el líder de la mesa de clanes, eso soy y no me he avergonzado jamas, pero esta vez se trata de mi mujer, la mujer más sensible y buena del mundo, se que le asustara saber mi identidad oculta.

No puedo negar que me mato la cabeza pensando en que no va a llegar a amarme el tiempo que estaremos juntos y que le dije que respetaría el tiempo establecido, aun cuando yo mismo dudo de mi palabra.

No quiero dejarla ir. No se que haría si me tocara hacerlo y el solo pensar en un futuro donde ella no esté presente me pone de mal humor, por lo que dejo de pensar en eso y me concentro en hacer un par de llamadas antes de dirigirme a mi despacho, lugar donde me esperan mis hombres de confianza.

— Pensé que estarías descansando junto a tu mujer — comenta Ethan al verme, Bruno parece perdido en sus pensamientos.

— Como si ella lo fuese a permitir — bufo dejándome caer en la silla, causando su risa, Bruno sigue con la mirada perdida en algún lugar de la estancia.

— Sabía que ella te haría las cosas difíciles pese a su posición — sonríe orgulloso.

Me inclino sobre el escritorio hacia mi otro amigo y chasqueo los dedos frente a su rostro, haciéndolo dar un pequeño y patético salto de susto.

— Distraído no me sirves, ¿Donde tienes la cabeza? — reprendo.

Me mira parpadeando rápidamente, ni siquiera parece haberse enterado de lo que pregunte.

— ¿Sucede algo? — inquiere enderezándose.

Alzo las cejas volviendo a mi posición relajada, tengo varios problemas que resolver pero el hecho de que ya tengo lo único que me importa conmigo me hace estar muchísimo más tranquilo e indiferente a lo que pase fuera de esta propiedad.

Aun así, hay cosas que necesito saber.

— Háblame del nuevo armamento — pido.

— Todo bien hasta ahora, ya la primera muestra esta lista para que la pruebes y des tu aprobación.

— ¿Las probaste? — pregunto con interés.

Niega.

— Probé las primeras que solo fueron mejoradas, no las que contienen tu pequeño secreto.

— Intentaré ir a la fabrica mañana, pero no prometo nada. No quiero que Hanna sospeche y me jode admitirlo, pero lo único bueno de que no quiera dormir conmigo es que podre estar atento a los asuntos del clan durante la noche.

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