—No quiero ir, me siento mal.
Eran las nueve de la mañana y Milo no quería levantarse de la cama, íbamos a llegar tarde a su clase de básquet y no quería saber nada con levantarse y yo me estaba estresando así que como pude llame a mi hermano.
—Habla rápido.
—No quiere ir a la clase, dice que se siente mal.
—Bueno, dejalo, que falte una vez no le hace nada, total es viernes.
—Pero ya faltó tres veces, no puede seguir así. Hace un mes que arranco.
—Bueno, ¿para que me llamas entonces? El papá soy yo, dejalo que falte y fue.
Y me colgó. Dios, dame paciencia porque si me das fuerza lo mato. Suspire al aire y mire a mi sobrino.
—Papá dijo que te quedes, así que descansa que la tía te trae la leche a la cama.
Deje un beso en su frente y me fui a la cocina. Él no tenía la culpa de los papá que le tocaron. Mi hermano fue un tiro al aire toda su vida, y mi cuñada desde antes de ser su novia traía problemas en mi familia con sus celos irracionales conmigo y con mi mamá. Ella quería a mi hermano para ella y para nadie más. Después lo engaño con su jefe, nos enteramos porque la mujer del tipo le mando todo a mi hermano y fue una catástrofe. Con mi vieja la queríamos matar, pero después tuvimos que fingir demencia porque ellos siguieron juntos como si nada hubiese pasado. Hasta que a los dos meses volvió a hacer lo mismo con su otro jefe. O sea, se había ido de ese laburo para irse a otro y hacer lo mismo. Me frustraba muchísimo porque nosotras siempre quedábamos en el medio y después teníamos que hacer de cuenta que nada había pasado porque ellos, a pesar de todo, volvían. Y para el colmo de todo la segunda vez, como toda pareja de tarados creyeron que un bebé iba a ser la solución, así que quedó embarazada. Pero no porque lo desearan, yo había quedado embarazada, y como mi hermano no puede no ser el centro de atención de la familia, hizo eso... recuerdo que mi entonces suegra me dijo textualmente estas palabras: acordate que tu cuñada va a quedar embarazada.
Y dicho y hecho eso pasó.
Al tiempo, debido al estrés y todo lo que estaba pasando, que era muchísimo al mismo tiempo, yo perdí a mi bebé al mismo tiempo que me separaba de su papá porque era una relación muy tormentosa.
Suspire intentando despejar mi mente de aquellos pensamientos. No quería arrancar el día así. Mire lo que estaba haciendo y mi vida era tan automática y asidua que ya hacía las cosas porque si. Mire la taza de mi sobrino y se la lleve a la cama con una bandejita. Él me sonrió mientras se sentaba y le puse sus dibujos en la tele para volver a la cocina después de decirle que cualquier cosa me llamara. Me puse a ver que iba a cocinar mientras me tomaba un té con leche y me golpearon la puerta. Debía ser algún vecino, porque sin llave no se puede entrar al complejo, así que salí por las dudas necesiten algo.
—¿Hola? —pregunte abriendo la ventana de un costado de la puerta y era alguien que no me resultaba ni un poco familiar.
—Uh, hola, disculpa que te joda, me mudé ayer arriba.
—Aah, si. Espera un segundo. —cerré la ventana y abrí la puerta.— Ahora si, decime.
—Un gusto, me parecía prudente venir a presentarme antes que nada y disculparme, de nuevo, por lo de la maceta.
—Ah, si es por eso no hay problema, no es la primera vez que se cae una, lo discutí varias veces con la vecina anterior. Un gusto, Estefania. —le extendí la mano y aceptó con una sonrisa.
—Estefi, un gusto, soy Guido. Uh, bueno, igual las voy a descartar porque soy cero de las plantas. —hizo una pausa y lo vi meditar lo que iba a decir.— Y te venía a pedir un re favor... —asentí para que continúe.— quería saber si podía subir por tu patio porque me olvide la llave adentro. —dijo mientras se rascaba el cuello y yo me reí por lo bajo.
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Asiduo | Guido Sardelli
Fanfic¿Qué tanto podía afectar a su vida coridiana cruzarse con este tipo? ¿Lo ordinario y lo extravagante? ¿Lo asiduo y lo novedoso?