• Capítulo 01 •

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“[...] De todos los dioses es el Amor el más antiguo, el más augusto y el más capaz de hacer al hombre virtuoso y feliz durante la vida y después de la muerte.”

Platón (El Banquete).

En el último mes por su cabeza daba vueltas la interrogante: “¿Qué es el amor?” Esto desde una perspectiva romántica. La idea nació porque el consejo del reino le sugirió que era un buen momento para casarse y tener un heredero. Dado que su experiencia era totalmente nula en este ámbito le habían propuesto tener citas y decidirse por alguien. 

Sin embargo, pensaba en lo siguiente: ¿Tendría un alma gemela?

¿En el mundo habrá alguien destinado a él? Tal vez no había alguien así. Tal vez el amor que la vida tenía preparado para él era el que profesa hacia su pueblo y este le devuelve de igual manera. 

Mantener la paz en su reino, el reino de las rosas, es su mayor dicha. 

Sus pensamientos fueron interrumpidos.

-¿Me acompañarás a la taberna? -preguntó de repente el joven elfo que acababa de ingresar a la enorme sala principal del palacio. Tomó su lira que se encontraba en uno de los sillones y la guardó en su bolso de tela negro-. Hoy estaré recitando algo de comedia.

-Me encantaría Wooyoung, pero en un par de minutos el atardecer va a comenzar y tengo que ir a buscar al río una hierba especial -explicó a la par que tomaba una cesta de mimbre. 

Dejó de pensar en lo que respecta al “amor romántico” y prestó atención a su amigo. 

-Su majestad…

-No me llames así, es incómodo entre nosotros, Sr. Jung -interrumpió el mencionado anteriormente y le dedicó una mirada divertida.

-Bien, bien, no te diré majestad y no me llames Sr. Ahora, Seonghwa, ven conmigo, mañana puedes ir por la hierba -insistió Wooyoung. Cambió su expresión alegre por una triste en un intento de convencer al mayor. 

-Prometí traerla hoy para el equipo de investigación de la torre experimental -se disculpó con la mirada-. Sabes que no todos pueden acceder al lugar donde crece. Otro día iré a verte sin falta, ¿sí?

-Está bien. Te estaré esperando, nos vemos luego -saludó a su amigo con una amplia sonrisa y agitó su mano animadamente en el aire antes de retirarse. 

Seonghwa sonrió también y negó divertido con su cabeza. Su mejor amigo si que era todo un personaje. Era el bardo oficial del Reino de las rosas. Él mismo como rey lo había nombrado luego de que ganara la votación para decidir el bardo oficial de la nación. También, Wooyoung contaba con un oficio secreto. Además de ser bardo era espía e informaba cualquier cosa inusual que viera en el reino. En las tabernas de las diferentes ciudades era donde corría toda la información del alto y bajo mundo.

Faltaba poco para el atardecer, así que sin desperdiciar más tiempo se apresuró en ir al establo real. Una vez allí uno de los caballos se le acercó. Seonghwa extendió su mano y acarició al animal, agradeciéndole por dejarse montar y subió al lomo de este. 

El equino era muy veloz. Rodeó el palacio y descendió rápidamente por uno de los caminos rumbo al bosque encantado que rodeaba el castillo.

-¡Su majestad, saludos! -saludaron un grupo de pequeñas hadas. 

-Buenas tardes -sonrió de manera dulce. Esta acción se repitió cada vez que se encontraba con una criatura diferente. La gentileza, bondad y empatía del rey Park hacía que todo el pueblo lo amara, elfos, animales e incluso criaturas. 

Además de su gran corazón y sus notorias virtudes estas venían acompañadas de una belleza excelsa. Su figura esbelta y sus rasgos finos le daban un toque femenino. Haciéndolo ver andrógino similar a un angel. 

Crown | Seongjoong & WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora