Crown | Seongjoong & Woosan

• Capítulo 03 •

Wooyoung sabía que Seonghwa era más que capaz de cuidarse a sí mismo. El rey elfo podría derrotar a un pequeño ejército él solo. Después de todo había sido entrenado por su padre, el anterior rey. Un guerrero formidable y que nadie consiguió vencer hasta cierto día.
Seonghwa había heredado la magia de su madre, quien era la maga más poderosa entre los tres reinos. Solo que su personalidad tan dulce nunca la llevó a buscar conflictos, su magia era usada para curar y ayudar a quienes lo necesitaban. Seonghwa era similar a ella en muchos aspectos.

A pesar de todo lo anterior, Wooyoung accedió a ayudar a Hongjoong para que acompañara a su mejor amigo porque su intuición le decía que los dos estaban destinados a pasar grandes cosas juntos.

Se empeñó en convencer a Yeosang, quien se negó a ayudar y mandó a Hongjoong a su cuarto a dormir. No obstante, Hongjoong no fue orgulloso y confesó sus buenas intenciones hacia Seonghwa y que solo quería protegerlo. Yeosang se compadeció y decidió curar los brazos de Hongjoong con el método más rápido pero también era el más doloroso.

Tuvo que romper las vendas del humano y sujetó sus dos brazos. Filtró poderosa magia curativa hacia donde sus huesos estaban fracturados y los acomodó haciendo que se doblaran y regresaran a la normalidad.

Observó como unas gotas de sudor cayeron por la frente del rubio, mas no soltó ningún grito. Wooyoung miró hacia otro lado, eso debió doler demasiado. Sin embargo, Hongjoong agradeció profundamente a Yeosang y se marchó.

Por su parte, Wooyoung tenía un par de encargos de Seonghwa. Hoy asistiría mucha gente a la taberna, por supuesto daría su show como bardo, pero esto también servía para anunciar noticias importantes. Y el ataque en la frontera era algo que debía anunciar, puesto que en la taberna de la capital muchos comerciantes o personas que viajaban se detenían ahí y luego esparcían las noticias al resto de ciudades de forma más informal, pero era eficiente y veloz.

Ya era cerca de medianoche y la taberna estaba repleta de elfas, elfos, algunos mestizos y pocos humanos. Había demasiado ruido, sin embargo, cuando Wooyoung hizo aparición y bajó desde el segundo piso de la taberna por la escalera de madera, todos hicieron silencio como era costumbre.

-Buenas noches habitantes del mejor reino -saludó con una amplia sonrisa Wooyoung-. Como muchos habrán escuchado la ciudad de la Montaña Helada ha sido evacuada por un imprevisto ataque de unas criaturas, por lo tanto las rutas y la frontera que corresponde a esa área están bloqueadas. Su majestad y el equipo especial se están encargando de todo, así que no se preocupen.

Las personas murmuraron un par de palabras preocupadas, pero se aliviaron al saber que el rey había tomado cartas en el asunto. No había nada que él no pudiera solucionar.

-Bueno, ese fue mi anuncio como bardo del rey. A partir de ahora, soy el bardo de esta taberna -habló risueño haciendo que todos se volvieran a alegrar y el bullicio continuara.

Fue hasta la barra principal y pidió un trago. Observó de forma rápida el lugar, no había nada extraño, excepto un sujeto. Había alguien que estaba sentado en una esquina del salón y llevaba puesta una capucha que cubría su cabeza y no dejaba ver su rostro.

El individuo bebía vino blanco. Más tarde le echaría un vistazo, aseguró Wooyoung a sí mismo. Bebió su trago e hizo un ademán con sus manos hacia los empleados de la taberna, quienes velozmente trajeron una banqueta alta y la colocaron enfrente de la barra. Wooyoung se sentó en esta, dándole la espalda únicamente al tabernero, el resto podía verlo claramente.

Con su lira en sus manos tocó la primera nota. Todos se giraron en su dirección y prestaron atención, emocionados por lo que recitaría hoy. El bardo real siempre traía noticias divertidas en su show y creaba situaciones dramáticas.