Crown | Seongjoong & Woosan

• Capítulo 04 •

-Ya es de noche, deberíamos parar en alguna posada. A un par de kilómetros hay una. Y también tenemos que comprar unos abrigos de piel, el pueblo es uno de los más helados del reino -recomendó Wooyoung.

-No me afecta la noche, prefiero no detenerme en una posada. Además estamos cerca de llegar -insistió San.

-Es un poco peligroso, no tengo un buen presentimiento…

-¿Acaso tienes miedo? -preguntó San con un tono burlón y se acercó al otro llevando su caballo a su lado. Extendió su brazo y lo empujó suavemente.

-¡Claro que no! 

Wooyoung le devolvió el empujón, así estuvieron un largo rato mientras reían y bromeaban. 

-San, shh, espera, haz silencio -interrumpió el elfo cubriendo la boca del humano.

-Te dije que yo no tengo miedo, deja de… -San calló de repente. 

Dos flechas venían en su dirección, una apuntaba al humano y otra al elfo. Sin embargo, Wooyoung saltó de su caballo tirándose sobre San, esquivó las flechas y los dos cayeron al suelo. Rápidamente otras flechas fueron lanzadas hacia ellos. Antes de que San pudiera reaccionar Wooyoung se colocó enfrente y movió sus manos invocando magia elemental, viento. Con una fuerte ráfaga desvío las flechas. 

Tres personas aparecieron a su alrededor, rodeándolos mientras empuñaban espadas. Vestían trajes negros y llevaban máscaras blancas, no tenían nada para poder identificarlos.

-Confío en que eres un buen espadachín. Yo iré por los arqueros de los árboles y encárgate de ellos -indicó Wooyoung.

San solo asintió y tomó las dos katanas que llevaba consigo. Se miraron y eso bastó para que salieran al ataque. San arremetió contra los sujetos, Wooyoung se abrió caminó y corrió a una velocidad increíble a la par que tomaba su arco.

Sin detenerse apuntó al primer árbol y una de sus flechas salió volando. Derribó al primer arquero, se giró y atacó al segundo, quien cayó al suelo herido. 

Corrió y se detuvo a cierta distancia de aquellos sujetos que peleaban contra San. Tensó su arco y de un ágil movimiento disparó tres veces, derribando a todos los hombres.

-No esperaba que el bardo del reino fuera tan talentoso -halagó San-. Te ves jodidamente sexy cuando luchas. 

-¡San! -Wooyoung lo reprendió. Fue hasta él y se inclinó hacia uno de los cuerpos inconsciente-. Aunque tú también lo eres, te ves muy masculino con esas katanas, ¿dónde aprendiste?

Preguntó el elfo curioso, mas su atención se dirigió al individuo que observaba. Retiró su máscara y contempló su rostro y facciones. La expresión de Wooyoung oscureció. 

-¿Qué pasa? -San se agachó a su lado.

-Este sujeto… el grupo -Wooyoung estaba entrando en pánico-. ¡Seonghwa! 

Se paró y sacó una daga del bolsillo de su pantalón. Clavó la punta en su dedo índice haciendo que la sangre goteara. De otro bolsillo sacó una pequeña rosa de diamantes, el objeto se veía mágico y brillaba, cuando la sangre de Wooyoung lo tocó una pequeña luz emanó de este y volvió a apagarse.

-Wooyoung, ¿qué es eso? No entiendo qué sucede, por favor explícame -pidió San.

-Mira los rasgos de ese sujeto… También del resto 

Wooyoung se apresuró en exponer la cara de todos. 

-Son extranjeros. Su piel pálida, su forma de pelear y sus vestimentas. No hay dudas, pertenecen al reino de los muertos vivientes. Y por su nivel de pelea para emboscarnos pertenecen a un brigada especial. La brigada especial recibe órdenes directamente de la corona -dijo Wooyoung, gotas de sudor cayeron por su frente-. Seguro lo de la montaña helada es una trampa para Seonghwa. Le mandé una señal, espero que la reciba.