Capítulo 6.

46 10 16
                                    

Entré a casa con los nervios a millón, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho. Katherine había sido la primera en bajar del auto de Soarin, y cuando entró, ya podía imaginar cómo iba a reaccionar papá. Y cuando entré, vi justo lo que me esperaba.

—¿Quién era él? —preguntó papá, con su rostro neutral pero sus ojos brillando por la curiosidad mientras observaba a Katherine.

—Soarin es un amigo, papá, ya te lo dije —respondió ella rápidamente, tratando de sonar despreocupada.

—Ronan, no seas tan duro con ella —intervino mamá desde la cocina—. Tal vez sea un buen chico.

—¿Un amigo? —replicó él, frunciendo el ceño—. ¿Qué tipo de "amigo" es este Soarin? —Papá hizo un gran énfasis en la palabra "amigo".

Katherine se encogió de hombros, pero antes de que pudiera responder, yo entré en la conversación.

—Es un buen chico —dije, intentando calmar la situación antes de que se volviera más tensa—. No hay nada de qué preocuparse.

¿Lista para firmar nuestra sentencia de muerte?

Papá cruzó los brazos sobre el pecho y su mirada se volvió penetrante.

—Hola —saludé sutilmente cuando el silencio se volvió incómodo.

—¿Quién es ese tal Soarin?

—Es el hijo de Silan —susurré nerviosa.

—¿Hijo de Silan? —balbuceó papá, curioso.

—Es amable —intenté sonar segura—. Además, es amigo de Ophelia —después de mencionar eso último, su rostro se suavizó un poco.

—¿Pudiste verte con ella? —intervino Serenity, mi madre, antes de que papá hiciera otra pregunta.

—Sí, también con Jason y Novalee, ambos por desgracia —confesé—. Bueno, hay una última cosa que debo decirles.

Todos mantuvieron su vista fija en mí, provocando que nuevamente mi corazón se acelerase y las palmas de mis manos empezaran a sudar y temblar sin control, y sin previo aviso, mi cuerpo se encontraba destilando sudor a chorros debido a la ola de nervios que me invadió.

—Soarin quiere venir a conocerles —solté la mitad de la oración más rápido de lo que pretendía—, y pedirles permiso para salir conmigo —concluí.

—Primer día y ya tienes un pretendiente —jugueteó mamá.

Ay, mamá, si supieras que no es solo un pretendiente.

Hablas como si ya hubiera tenido un romance con él.

Me refiero a que tienes más de un pretendiente, imbécil.

¡Aaaaah!

Se nota que te dieron petróleo cuando naciste.

—Dash, no estoy seguro de que entiendas lo que significa salir con alguien. He visto lo cruel que pueden ser algunos chicos —mencionó papá con su típico tono de desaprobación y convencimiento—. Solo quiero protegerte.

—Pero no soy una niña pequeña —protesté—. Estoy lista para esto. ¿Por qué no puedes confiar en mí?

Mmm, al parecer alguien está emocionada por esa cita.

¡¡No es una cita!!

Lleva un palo con clavos por si acaso, si intenta violarnos le metes un "wuapa" por la cara.

Ya, claro, ¿dónde se supone que voy a esconder un palo para darle un pezcosón?

Te están hablando...

Todo lo que quiero contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora