Capítulo 2.

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Dedicado a
AuroraHernandezValer

Sus ojos, de un verde intenso tan parecidos al de una esmeralda brillante. Su melena rubia, sedosa y ligeramente despeinada, parecía capturar los rayos del sol. Al sonreír, dos pequeños hoyuelos se dibujaban en sus mejillas, añadiendo encanto a su rostro. Pero lo que realmente llamaba la atención eran sus dientes, tan blancos y relucientes como la nieve recién caída.

No solo su aspecto facial destacaba, sino también su altura imponente, que superaba la mía. Cada músculo de su cuerpo denotaba dedicación al ejercicio, revelando brazos fuertes y definidos, antebrazos anchos con venas que sobresalían sin pretenderlo, y pectorales marcados visibles incluso a través de su ropa.

El perfil perfecto de un chico aesthetic.

El uniforme era algo que le favorecía demasiado; aunque lo traía algo descolocado, lograba captar la atención enseguida. Su sonrisa se ensanchó, provocando que yo frunciera un poco las cejas sin entenderle. Katherine estaba a mi lado, admirando la situación algo aislada de lo que sucedía, pero pendiente a cualquier movimiento por parte de ambos.

¿Te comió la lengua el gato, verdad?

—Hola —habló, provocando que maldijera en mis adentros y, con la mayor fuerza que pude reunir, me encorvé hasta quedar erguida y con una expresión serena—. Me llamo...

El timbre escolar lo interrumpió justo antes de revelar su nombre...

Típico.

Ambos dimos un sobresalto cuando éste sonó de forma inesperada. Seguido a eso, una voz masculina resonó por el altavoz.

—Buenos días, alumnos. Favor de dirigirse al terreno principal para darle la bienvenida a los nuevos integrantes.

—Debemos irnos —indicó mi hermana.

Volví la vista al chico de los ojos lindos...

Así que chico de los ojos lindos, ¿eh?

...buscando las palabras correctas para decirle.

—Lo siento, debo irme —giré en un ángulo de noventa grados para ir directamente a dónde iban todos los alumnos en masa—. Fue... un placer —susurré.

Katherine y yo nos unimos a la multitud que se dirigía al terreno principal. Al llegar, el director, un hombre de mediana edad con una presencia imponente, ya estaba en el escenario, esperando a que todos se reunieran.

¿Presencia impotente? ¡Por favor, tiene cara de pedófilo drogadicto!

—Bienvenidos, estudiantes nuevos y antiguos —comenzó el director con una voz firme—. Hoy es un día especial, ya que damos la bienvenida a los nuevos miembros de nuestra comunidad escolar.

Me abuuuuuurro.

—Y sin más que decir, démosle un fuerte aplauso a los nuevos integrantes —carraspeó la garganta segundos antes de leer el documento—. Henry Álvarez.

Un chico de tez oscura apareció entre los alumnos con aura peligrosa, colocándose al lado del director y manteniendo una distancia considerable.

—Emilia Evans —mencionó a una chica de cabello rojizo.

Y así hizo durante unos eternos dos minutos hasta que mi apellido resonó por el aire.

—Las hermanas Wilson.

Katherine y yo nos miramos mutuamente y, con un largo suspiro, nos acercamos.

—¡Qué guapa! —gritó uno, provocando una parálisis en mi interior.

Todo lo que quiero contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora