Un mes después.
—Hey, Thomas ¿Estás con nosotros o en Marte?
El chico que se encontraba sumido en sus pensamientos parpadeó un par de veces antes de volver a centrarse en las personas y objetos que lo rodeaba.
—Esto… sí.
—¿Sí qué?
Rodó sus ojos y se levantó del comedor de la universidad tomando la botella de refresco vacía que había tomado hace un rato, se dirigió al cesto de basura con la intensión de tirarla. Will, quien le hablaba, lo siguió como era de costumbre, se podía decir que eran buenos amigos. Los demás chicos que siempre lo acompañaban se quedaron conversando.
—En la noche iremos al karaoke, pensamos que te gustaría ir.
—Paso — dijo—. Debo estudiar.
—Tienes buenas notas, ¿qué más quieres?
—No está siendo suficiente —lanzó la botella observándola caer y perderse entre todos los papeles que se hallaban en el cesto.
—Es por Muse, ¿no es así?
Se quedó pensando un poco, ¿era en verdad por eso? Probablemente sí. Se dio la vuelta para encarar al rubio frente a él, viendo que se encontraba con el ceño fruncido. Ya en más de una ocasión discutían por el tema, aunque lo mantuvieran en secreto, querían que nadie estuviera enterado de aquellas ideas de encontrar a un asesino serial, lo tildarían de loco.
Aunque sabía que Will no podía resguardar información durante mucho tiempo, por lo que de alguna manera lo dirá sin darse cuenta.
Hace un mes falleció el señor Nicolas Smith y se encontró la cabeza de la señora Sarah Summer. El primer y principal sospechoso fue el alcalde, pero tenía una buena coartada para al menos tener libertad condicional. La policía se dedicó enteramente al caso, pero fue inútil, no consiguieron ni una pista y a las dos semanas abandonaron el caso. Típico de oficiales que no les gusta trabajar.
Lo interesante fue que seis días más tarde de la muerte de aquellos dos individuos se comenzaron a registrar casos de homicidios, fue un alboroto en todo el pueblo. La mayoría de veces el asesino de alguna manera un tipo de firma para ser reconocido, le gustaba ser llamado: Muse.
El cuerpo de policías era una decepción, nadie sabía nada y no había algo que los llevara al verdadero culpable. Arrestaban sin coherencia alguna a personas inocentes y las enviaban a un juzgado en la capital. Claramente las familias de aquellas personas se ofendieron ante la situación. Ahora habían protestas por toda Ambrosia y nadie era capaz de detenerlas, por lo que aquel estudiante de criminología comenzó a interesarse deliberadamente por el caso.
Suspiró cansado y se acercó a su amigo, pasó uno de sus brazos por los hombros de éste para acercarlo a él y comenzar a caminar.
—Está bien, iré —le dijo con una pequeña sonrisa.
—Sabía que lo harías, tampoco es como si pudieses abandonarme.
Ambos se sonrieron y regresaron con calma a su círculo de compañeros, ya la mayoría habían terminado su almuerzo y conversaban entre ellos.
—Díganle a Sean que deje de ser tan idiota —espetó Eros con un ceño ligeramente fruncido. Era un chico alto y con músculos bien trabajados, lo que más resaltaba no era su físico admirable ni aspecto inquebrantable, sino su hermosa cabellera peliblanca tintada y su brazo repleto de tatuajes.
—¿Qué sucede? —preguntó Thomas, sentándose a su lado.
—Le coqueteó a mi novia.
—¿Tienes novia? —preguntaron todos al mismo tiempo mientras Eros rodaba los ojos.
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Who Is Muse? Analogías De Un Asesino [EN CURSO]
Misteri / Thriller¿Acaso has experimentado el dolor insostenible sobre los nervios conectados a tu órgano ocular cuando es constantemente atravesado por una aguja e hilo, adhiriendo así con perfección un brillante botón? Yo tampoco, pero imaginar la sensación me caus...