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OCHO AÑOS DESPUÉS

El tiempo había pasado más rápido de lo que todos hubieran imaginado y la vida de todos había cambiado radicalmente, para algunos para bien, para otros mal, aunque fingiera que estaban bien.

Heeseung después de haber aceptado trabajar para Murata Fuma, se volvió un modelo internacional, siendo la estrella de la marca "TEAM Fuma" y con los años, su jefe se había vuelto un gran amigo, al grado de que fue padrino de su boda con Nicholas Wang, un joven actor, muy reconocido en Corea.

Jamás imaginó que su vida en Londres lo lanzaría al éxito, tenía una carrera exitosa, una buena posición económica, una casa propia, un auto, propuestas de trabajo y estaba de personas tan agradables, nuevos amigos, que por el momento debía dejar atrás, al menos por 6 meses, porque estaba a punto de regresar a Corea, el lugar del que huyó sin mirar a atrás.

-Papi, ya tengo mi maleta lista -dijo una pequeña con el cabello despeinado.

-Haerin, ni siquiera te has peinado, ve a hacerlo ¿Sí? El vuelo saldrá en un par de horas.

-¿Cómo es Corea? -pregunto su hija trayendo el cepillo y peinándose en la cama de su padre.

-Es un lugar muy grande, es hermoso, tiene muchos paisajes bonitos y...

-¿Podre pintar? Quiero pintar, cuando sea grande voy a-

-Cuando crezcas, dejaras de desear ser una artista.

-No es cierto, yo amo eso... hay muchos artistas famosos y leí que uno de los más reconocidos está en Corea -pensó un poco- Park Sunghoon, así se llama ¿Y sabes qué? No solo es pintor, sino también un gran arquitecto, no sé con exactitud qué hace un arquitecto, pero ¡Es un gran pintor!

Heeseung ignoró a su hija mientras terminaba de ordenar las maletas, siempre evitaba el tema de la arquitectura, las pinturas, incluso cuando su pequeña preguntaba por su otro padre ¿Qué le iba a decir? ¿Qué él nunca la quiso? ¿Qué nunca quiso hijos con él?

No estaba listo para esa conversación y su hija lo era todo para él, su Haerin, era preciosa, dulce, angelical, generosa, pero también había heredado rasgos de Sunghoon, como sus ojos, la marca de nacimiento que tenía en la mano derecha en forma de luna, las alergias a la nuez, incluso, el problema de corazón que Sunghoon había tenido de niño, pero eso solo en lo físico, porque en personalidad eran aún más parecidos, era dramática, era obstinada para su corta edad, era perfeccionista, cuando algo no le sale bien, habla entre dientes, si se levanta de malas, todo el día tiene una cara de malhumor, sobre todo ese sarcasmo inconfundible.

Eran como dos gotas de agua, prácticamente estaba criando a una mini Sunghoon.

-¡Papá! Ya llego el taxi.

Haerin tomo su mochila y su unicornio de peluche, que desde que había nacido, no había poder humano que se lo quitara. Heeseung tomo las dos maletas que tenía y bajo las escaleras de su casa, con una ansiosa Haerin que esperaba salir.

Se aseguró de dejar todo en orden, todo cerrado y una vez que confirmo que todo estaba bien, salió de su casa, abriéndole la puerta del taxi a su hija y subiendo las maletas en la parte de atrás del vehículo.

-Me muero por ver a Danielle y a Jisung.

-¿En serio? Dijiste que Dani te parecía aburrido y que Jisung quería robar toda la atención.

-Si, pero hace meses que no veo a mis únicos primos, pobre de mí -fingió llorar.

-No seas exagerada, mi amor -su papá se rio de ella, ganándose un puchero.

-¿Exagerada yo? Me ofendes papá.

La pequeña negó con la cabeza una y otra vez.

Kang Danielle y Kang Jisung, eran los hijos de Yeonjun y Beomgyu, un año después del nacimiento de Haerin, ellos habían decidido adoptar a una niña que era 3 meses mayor a Haerin, ella fue muy bien recibida y sus padres le dieron todo el amor posible, pero 3 años después, Beomgyu dio la noticia que estaba esperando un bebé y de ahí nació Jisung.

𝐅𝐨𝐫𝐠𝐞𝐭 𝐎𝐫 𝐋𝐨𝐯𝐞 ੭୧ heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora