Sé que está loco pero es a él a quien quiero.
Hija obediente, todos mis planes fueron trazados.
Zarcillos metidos en una trenza tejida.
Crecer precozmente a veces significa no crecer en absoluto
Era caos, era juerga.
Los ojos de dormitorio como reme...
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Era una tarde soleada y fresca cuando Hanami y Gyutaro llegaron al comedor de la academia para el almuerzo. La cafetería estaba animada, llena de estudiantes que charlaban y reían mientras disfrutaban de sus comidas. Gyutaro y Hanami se dirigieron hacia una mesa cercana a una ventana, donde ya los esperaba Ume, la hermana menor de Gyutaro.
Ume estaba sentada con una bandeja frente a ella, comiendo lentamente y mirando a su alrededor con curiosidad. Cuando vio a su hermano y a Hanami acercarse, levantó la mano en un saludo entusiasta.
─¡Gyutaro! ¡Hanami! ─exclamó, levantándose para abrazar a su hermano antes de dirigirse a Hanami con una sonrisa tímida pero cálida. ─Hola, Hanami.
Hanami sonrió de vuelta, sintiéndose un poco nerviosa por la presencia de Ume, pero al mismo tiempo, agradecida por su acogida. ─Hola, Ume─ dijo, abrazándola suavemente. ─Es bueno verte.
Se sentaron y comenzaron a servir sus platos. La conversación fluyó fácilmente entre ellos, con Ume haciendo preguntas sobre cómo había sido la semana de Hanami y Gyutaro contándoles sobre algunas anécdotas graciosas de la academia.
El almuerzo transcurrió sin problemas, con risas y charlas despreocupadas. Hanami disfrutaba de la compañía de Ume, aunque a veces sentía que tenía que esforzarse un poco para mantener la conversación fluida, especialmente con el reciente cambio en su relación con Gyutaro.
Pero, a medida que avanzaba la comida, Hanami empezó a sentir una ligera molestia en el estómago. Al principio pensó que era solo una ligera indigestión, pero pronto la sensación de náuseas se hizo más prominente. Intentó ignorarlo, concentrándose en la conversación y en disfrutar del momento con ellos.
─¿Estás bien, Hanami?─ preguntó Gyutaro, notando que su expresión se había vuelto algo incómoda.
Hanami trató de sonreír, aunque sabía que no era convincente. ─Sí, solo me siento un poco mareada─ dijo, tratando de restarle importancia.
Ume la miró con preocupación. ─¿Quieres que te traiga algo de agua o tal vez algo para calmar el estómago?─ ofreció, mostrando su lado atento.
─No, está bien─ respondió Hanami, levantándose lentamente de su asiento. ─Creo que solo necesito un poco de aire fresco. Iré al baño un momento.
Gyutaro se levantó junto a ella, su expresión preocupada. ─Voy contigo─ dijo, tomándola de la mano con suavidad. ─No quiero que te sientas mal solo.
Hanami aceptó su compañía con una sonrisa débil, agradecida por su preocupación. Se dirigieron hacia el baño, donde Hanami se apoyó en el lavabo mientras trataba de calmar la sensación de malestar en su estómago.
─Lo siento, Gyutaro─ dijo, su voz apenas un susurro mientras miraba su reflejo en el espejo. ─No quería arruinar el almuerzo.
Gyutaro se acercó a ella, colocándole una mano en la espalda con ternura. ─No te preocupes─ dijo, su voz llena de calma. ─Tu salud es lo más importante. Si necesitas descansar o si hay algo más que pueda hacer, dímelo.
