Capítulo Siete.

271 16 2
                                    

Punto de Vista de Penélope.

-Bueno...-Comenzó-Hace un tiempo me preguntaste sí yo era feliz ¿Lo recuerdas? -Cuestionó de repente.

Mi mente encontró inmediatamente aquel recuerdo, en donde yo fui la que le pregunté sí él era feliz cuando él ya había conocido a Marina y habían salido un par de veces. Siendo una manera de auto-convencerme de que Colin era libre de elegir de quien enamorarse y que a mí sólo me tenía interesar el bienestar de él como amiga.

-Si-Respondí un poco extrañada-Me dijiste que tenías todo para serlo.

-Pero no te dije que lo era.

Ahora que lo pensaba, yo asumí que él lo era.

Colin saltó suavemente, se incorporó dando un par de pasos hacia el frente, dándome la espalda por un momento.

Sentí un vacío gigantesco, pero disimulé colocándome bien la chaqueta. Me quedaba muy grande. Me sentía rodeada con el exquisito olor de Colin.

-Por un momento creí que lo era-Reconoció-Pero me equivoqué.

Me relajé un segundo y él lo notó.

Fue un agradable momento, aunque solo durara unos minutos.

- ¿Y los viajes?

-Sólo eran una distracción.

- ¿Por qué dices eso?

- ¿Eres feliz, Penélope? -Me preguntó de pronto.

Me sorprendí ¿Qué se supone que tengo que ver yo con todo esto?

-Se supone que estamos hablando de ti-Le recordé nuevamente.

Se dio la vuelta para que lo pudiera ver.

-Por lo mismo. Es importante para mí saber.

Alcé una ceja.

- ¿Por qué me haces esa pregunta?

-Sólo contéstame, por favor-Pidió.

A él no le podía mentir, me conocía mejor que nadie.

-Quiero llegar a serlo-Contesté.

-¿Y tu felicidad es el tal... Debling?-Preguntó con un tono de voz más sombrío-¿O el primo de Lord Kilmartin?... vi como lo miraste.

Me incorporé también de un saltó cuidando mi vestido y pensé en varias respuestas posibles para evitar una confrontación.

Estaba un poco molesta, pero decidí ser honesta.

-No lo sé... pero me gusta más Alfred...-Confesé un poco cohibida y rehuyendo de su mirada-Con él podría tener todo lo que una señorita pudiera desear.

- ¿Desde cuándo se conocen? -Continuó con el interrogatorio con voz seca.

Sabía que esto iba a ocurrir. Colin no dejaría pasar la oportunidad de inmiscuirse en mis asuntos dejando de lado los suyos.

-Lo conocí durante mi estancia en el campo, por casualidad. Nada más que casualidad.

- ¿Por qué no me dijiste nada? - Me reclamó con la poca serenidad que le quedaba.

Me alejé de él tres pasos. Él se acercó los tres.

-Porque no pasó nada trascendental en esos momentos. Sólo charlamos y compartimos algunos momentos. Con los días, se convirtió en una grata compañía y un buen amigo. Creí que no le volvería a ver hasta qué se presentó en casa de mi madre para hacerme una visita. Fue hasta el evento del artefacto volador por mí. El resto ya lo sabes, me encontró y los conoció a ustedes como a mis cercanos. Vino a la boda de Francesca porque tu madre lo invitó-Lo pensé- No sé por qué...

Sus ojos volvían a mostrarse fieros.

-¿Algo más?-Le pregunté yo esta vez, valiente.

No respondió pues notó mi enfado.

Suspiré frustrada.

-Y porque no quería que te pusieras así-Solté de golpe y me alejé aún más, malhumorada y cansada-No quería que te pusieras en ese rol de amigo protector porque ya no te queda-Expliqué contrariada y dándole yo la espalda, esta vez-Y porque me he cuidado perfectamente yo sola todo este tiempo.

-¿Estás enamorada de él?

Colin no iba a darse por vencido, por supuesto.

No sé en qué punto esta conversación tomó éste rumbo directo a una discusión.

Me giré y por fin lo enfrenté.

-¿Por qué haces esto? -Le reproché y lancé una idea absurda sin pensar- Pareciera que estuvieras celoso...

Y por aquella reacción nerviosa típica de él se hizo presente, podría jurar que se vio descubierto.

Di un paso hacia él.

No dijo nada, suspiró y en su rostro se dibujó aquella expresión torturada que me dolió. Sus muros se desvanecieron y justo cuando le iba a decir que él era irremplazable y que nadie ocuparía su lugar, se adelantó.

-Tienes... tienen razón, Pen-Admitió alejándose-La verdad es esa. Estoy muriendo de celos...

Quedé literalmente congelada.

-¡Maldición!-Continuó hablando-¡No sé cómo controlar esto!.. No soporto que ese tipo se te acerque, que haya bailado contigo.

-Me besó-Solté con sinceridad.

Se encolerizó.

-¿Cuándo?

-Después de pedirme disculpas por casi besarme en frente de todos ustedes cuando bailamos.

Colin, no respiraba.

-Y más encima te ha robado un beso hace un rato cuando era yo quien debía...

Colin, de pronto, guardó silencio dándose cuenta de lo que había dicho. Luego, se enfocó en mí, acortó la distancia que nos separaba, no se resistió y me abrazó.

Yo me dejé caer en él.

Nada tenía sentido ¿Qué era lo que tenía que hacer Colin conmigo? ¿Bailar o besarme?

Por dentro comencé a hiperventilar y él siguió:

-No le conozco y le odio...-Confesó-Cuando te fuiste y no te tenía ni siquiera en cartas comprendí que sólo te necesitaba y te necesito a mi lado para ser feliz.

_____________________________________________

Queridos lectores:

Dos capitulos y se termina esta mini historia.

Los subiré mañana.

Gracias por leer.



Sentimientos ConfusosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora