𝐏𝐄𝐓𝐑𝐈𝐂𝐇𝐎𝐑 | ❝el olor a tierra que se
produce cuando la lluvia
cae sobre la tierra seca.❞
Kiara Black está ansiosa por graduarse y dejar su ciudad natal en el pasado...
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—ENTONCES, ¿te paso a buscar a las tres?
—A las tres cuarenta y cinco.— Corrigió Kiara al chico mientras estaban sentados en su auto afuera de Forks High, notando ya que sus amigos miraban el misterioso auto nuevo con interés. —Por favor, no hagas una escena. Ni siquiera quería aceptar esto para empezar y todos ya piensan que somos como... algo.
Paul Lahote le sonrió desde el otro lado del auto mientras se tiraba de su sudadera ajustada, obviamente incómodo de usarla por alguna razón. Su auto era su bebé, su posesión más preciada. Había trabajado tantas horas extra en su trabajo anterior para poder pagarlo, solo para saber ahora que prefería correr a cuatro patas como su medio de transporte. Sin embargo, eso era altamente secreto y Kiara no debía saberlo todavía.
Sam les había dicho que no le informaran sobre la manada de lobos en sí, sino que le explicaran que no estaban en una secta y que en realidad estaban trabajando con Sam y los ancianos para ayudar a mantener segura la reserva de La Push. Paul y Jared le habían dicho que eran básicamente guardabosques y que la razón por la que habían estado fuera de la escuela durante tanto tiempo era debido al entrenamiento y que los tatuajes eran simplemente una opción divertida y muy opcional. Obviamente, ella no les creyó ni una palabra y los convenció de que se hicieran una prueba de drogas que el jefe Swan le proporcionó con mucho gusto al día siguiente, pero no les preguntó mucho más.
Le habían dicho que Billy estaba desesperado por que ella aceptara la oferta de un auto de Sam, pero se sintió aún menos inclinada a hacerlo después de descubrir que Sam no era un traficante de drogas rico. La última vez que se negó fue por su trabajo y esta vez se negó porque le pareció que ni siquiera tenía uno para empezar. En cambio, llegaron al compromiso de que Jared, Paul o Sam la llevarían y traerían de la escuela a menos que acordaran lo contrario.
Ella había solicitado cortésmente (dependiendo de su definición de cortesía) que Sam no participara en estos aventones, ya que todavía no confiaba del todo en el hombre y todavía era muy escéptica sobre sus motivos. No sabía que lo estaban haciendo para intentar evitar que pasara tiempo con los Cullen, pero tenía sus sospechas de que los rumores sobre la familia, que todavía pensaba que eran absurdos, habían influido mucho en los motivos que tenían.
