Era una noche oscura, no se veía nada, el aire era frío y violento. Un joven pelirrojo corría buscando una salida hasta que en un momento de desesperación, sintió un fuerte golpe en la cabeza, causando que caiga al suelo.
Una figura de un chico se postraba frente a el, no lo reconocia, pero sentía haberlo visto antes... Lo único que se escuchaba en ese momento eran las risas de algunos niños repitiendo la palabra "Mounstro" o "Fenómeno".
El pelirrojo comenzó a llorar a mares, sin tener a alguien que lo consuele... Quería desaparecer, ser libre por fin, sin que nadie lo moleste o critique su forma de ser.
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El joven despertó de golpe, sudando y con lagrimas en los ojos. Se limpio y se fue a bañar para ponerse su uniforme escolar, cubriendo sus muñecas con la camisa, pues, esta era su rutina de siempre...
Se preparó un café apenas terminó de peinarse, se dirigió a su balcón para ver a la única persona que sentía que le importaba, todas las mañanas lo veía entrenar con una cara embobada de enamorado.
-Tal vez si fuera más lindo... Wakatoshi se fijaría en mi...- Se dijo a si mismo, se aguantó las lágrimas y agarró su mochila para salir de su habitación y dirijirse a su primera clase.
Mientras caminada por los pasillos del Shiratorizawa, miró a lo lejos a dos personas conocidas, y se escondió rápidamente rogando de que no lo hayan visto.
Justamente fue así, apenas pasaron de largo Tendo fue corriendo al salón de clases. Cuando llegó sus compañeros lo vieron y se rieron en voz baja de el... Por suerte en esa clase estaba uno de sus "amigos", o bueno, así lo consideraba el.
-SemiSemi, ¡buen día! ¿Luego de clases vamos por la Shonen Jump?- Le preguntó, Eita lo miró con una cara de fastidio para luego sonreirle - Claro Tendo, invitemos a los demás- Satori puso una gran sonrisa.
Pero, aun con la compañía de sus "amigos", un vacío yacia dentro de Satori... Tal vez juntarse con personas muy lindas sea malo, después de todo el era un... Mounstro...
Las clases continuaron con normalidad, Satori prestaba atención pero el sueño que tuvo volvía a su cabeza y lo aterraba...
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