MC SIM (YOONMIM)

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟕

No podemos mantener nuestras manos fuera del otro en el camino a casa. Aunque fuera sólo mi mano en su muslo, o él besando mis dedos, nos quedamos en contacto tanto como pudimos. No hablamos sobre su posible encarcelamiento.

Sólo quería disfrutar del momento.

—¿Cómo te involucraste con los dragones de viento? —Me encuentro preguntándole.

Me mira antes de contestar—: Después de que me fui de casa, fui en busca de mi padre. Sungwoon y yo tenemos diferentes padres, lo que supongo, ya sabes.

Asiento. El padre de Sungwoon es un dentista que vive en Sydney.

—Resulta que él era un miembro del club, pero había muerto unos años atrás. Namjoon y él eran los mejores amigos —dice, la tristeza atada a su tono—. Así es como conocí a Namjoon. Y el resto es historia.

—Se convirtieron en tu familia —le digo, mirando nuestras manos entrelazadas.

—Me sentí como si estuviera cerca de mi papá, a pesar de que él no estaba allí. Resultó que él quería ser parte de mi vida, pero mamá dijo que no. Ella no quería que yo creciera alrededor del club, por lo que envió el dinero y eso es todo. Namjoon me dijo que él vino a mi graduación, y que estaba orgulloso como el infierno —dice, el tono de su voz me deja saber que eso significaba algo para él. Su padre lo amó, a pesar de que no era capaz de ser una parte de su vida.

Mi garganta se empieza a quemar. —Tu madre le hizo lo que casi que te hice.

Haneul habría ido a buscar a su padre y terminando cerca del MC de todos modos.

Él me aprieta la mano. —En el pasado, nene. Yo te he perdonado, debes perdonaste a ti mismo.

—¿Alguien se lastimó? —pregunto vacilante. No quería hablar de eso, pero tengo que saber lo que pasó mientras estaba fuera.

—Trace recibió un disparo en el brazo, Rake está un poco negro y azul —dice, mirando al frente.

—Está bien. —No está tan mal, supongo—. ¿Y entonces los policías allanaron la sede del club?

—Sí, acabábamos de dejar que todo el mundo se fuera, siendo encerrados cuando irrumpieron —responde—. La gente escuchó disparos en la casa club de los Hombres Salvajes, y no sé, supongo que deben haber visto a uno de nosotros por allí. Ambos clubes fueron allanados. Por mala suerte para ellos que fueron encontrados con drogas, armas, y mujeres que estaban allí en contra de su voluntad. Nosotros sólo fuimos atrapados con un par de pistolas.

—¿Por lo que están en una gran mierda entonces? —pregunto, incapaz de detener la propagación lenta de una sonrisa abriéndose paso sobre mi cara.

—Sanguinarios hombre—murmura, pero veo a su labio crisparse, dejando fuera su diversión—. Ahora, ¿dónde vamos? ¿para la casa club o nuestra casa?

Pienso en ello. —Casa club. Creo que deberíamos entrar en la casa después de que nazca Haneul.

—Me encanta que te guste estar en la casa club —admite.

Me encojo de hombros. —Esos chicos se han ganado mi cariño. Todo el mundo, incluso Taemin, esa perra.

Yoongi se ríe. Estamos en silencio durante unos minutos, perdidos en nuestros propios pensamientos.

—Echo de menos a Solar—le susurro—. No merecía morir.

—Lo sé —responde—. Ella era una buena mujer.

—Demasiado buena —le digo con un suspiro. Espero que esté en un lugar mejor.

Dicen que la muerte es fácil, vivir es lo es difícil. Me encanta mi vida, y no diría que es dura. Pero entiendo cuando dicen que la muerte es fácil, porque las personas que fallecen no tienen que vivir con la tristeza y el dolor de perder a alguien.

Cuando llegamos a la casa club, mi boca se abre mientras veo a las mujeres y donceles de pie allí con globos de color rosa.

—¿Qué demonios es esto? —pregunto, emoción corre por mí.

Yoongi envuelve sus brazos alrededor de mí desde atrás. —Baby shower. Esta es mi pista para irme. Los hermanos y yo estaremos en el bar.

Entonces él y cualquier persona con un pene sin útero de por medio, en un radio de un kilómetro, dejan la casa club sin mirar atrás.

Entramos en la sala de estar que cuenta con una mesa llena de regalos envueltos.

Lágrimas en mis ojos. —¡Ustedes chicos!

Taemin sonríe tristemente. —Solar estaba planeando antes...

Le doy una sonrisa temblorosa luego miro a Jin, Wen, y las demás. —Gracias, a todos ustedes.

—De nada —dice Jin—. Ahora vamos a comer y luego a jugar algunos juegos de baby shower

Sonrío y las sigo a la cocina.

✿●♥ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ ♥●•٠·˙✿

—¿Dónde está Arrow? —le pregunto a Yoongi más tarde esa noche, cuando todos los chicos regresaron a la casa club.

Todo el mundo cae en un silencio sepulcral. —¿Qué?

—¿No le dijiste? —le pregunta Nam a Yoongi.

—¿Decirme qué? ¡Dios mío! ¿Qué pasó con él? —pregunto, acercándome a Yoongi y agarrándole las solapas de su chaqueta de cuero—. ¿Está bien? ¿Dijiste que estaba bien?

—Está en la cárcel, nene, no quería hacer que te estresaras más —dice, poniendo las manos sobre mi vientre.

—¿Por qué sigue ahí? —pregunto—. ¿Qué priores tenía?

Todos los hombres salen de la habitación. ¿Qué carajo?

—Él no consiguió entrar en posesión de armas, fue tomado por cargos de asesinato —dice Yoongi, con los ojos traicionando la ligereza de su tono.

—¿Qué? —jadeo, sacudiendo la cabeza—. No. No, esto no está sucediendo.

¿Arrow? Mi mente corre.

Flashbacks.

Él cocinando el desayuno desnudo. Él sonriendo a Solar. Miraba a mi estómago como si fuera contagioso.

—El Abogado del Club está en ello —dice Yoongi—. Deja que él haga su trabajo.

—Cuando yo sea el abogado del club, nadie va a la maldita cárcel —murmuro, mi voz quebrada.

Yoongi agarra la barbilla. —¿Cuándo?

—Cuando.

Baja la cabeza y me da un beso posesivo persistente que hace girar mi cabeza. —¿El Baby shower terminó?

—Puede ser —le contesto contra sus labios.

—Bueno —responde. Sus ojos tocan cada aspecto de mi rostro. Empuja sus caderas contra mí, dejándome sentir cuan duro esta—. Mira, triple papada, y todavía estoy duro como una maldita roca.

Jadeo. —Tu trasero...

Otro beso me interrumpe. Me encamina hacia atrás, dentro de nuestro dormitorio, con nuestras bocas todavía unidas.

Pronto, nuestras ropas están en el suelo, y Yoongi justo donde pertenece.