CAPÍTULO 2

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Temblaba demasiado, empecé a caminar en dirección a la entrada de palacio, la cual estaba custodiada por cuatro hombres muy corpulentos. ¿Para ser guardia tenías que estar relativamente bueno? Parecía que sí, la verdad que el padre de Briana hacía buen trabajo contratándolos.

Al ver que era yo la que se acercaba a la puerta me dejaron pasar al instante, sin rechistar ni una palabra. Claro, ahora supongo que al ser la heredera tengo más privilegios, que bien. No me hacía ninguna gracia, la verdad.

Suponía que mi padre habría ido hasta su despacho o a algún sitio donde pudiera estar solo y en paz con sus pensamientos. Así que era ahí a donde me dirigía.

No había nadie dentro de palacio, pues todos los invitados y el resto del personal se encontraban fuera en los jardines disfrutando o al menos intentándolo de la celebración. Claro que ahora con la noticia de mi hermana no sé si se estaba disfrutando mucho de la velada. Por no hablar de que a mí abuela, le habrá dado un infarto de solo pensarlo. No quiero ser yo la que tenga que escucharla más tarde, ya tenía suficiente con lo mío.

Una vez llegué al pasillo donde estaba el despacho de mi padre vi que la puerta estaba entrecerrada y se podían escuchar voces, entre ellas la de mi padre. Sabía que estaría aquí.

– Mi rey es muy precipitado, no podemos hacer esto justo ahora.

Esa era la voz del padre de Briana. ¿Dónde estaría Briana ahora? Al final no la encontré.

– Avon sabes muy bien, que con lo que acaba de decir la estúpida de mi hija no tenemos más opciones – no podía creer que le llamara así a mí hermana – además todo esto seguro que es culpa de tu hijo, se suponía que se casaban para hacer del reino más fuerte no para que ahora no quiera ni si quiera seguir en palacio. Todos estos años entrenando para que sea una gran reina para nada. Para que me dé la espalda cuando ha podido.

Intenté acercarme más a la puerta, con cuidado de no ser escuchada. No quise llegar a asomarme pues con la suerte que tengo seguramente descubrirán que me encuentro aquí ahora y seguramente no sea nada bueno para mí. Además, ¿qué era lo que se suponía que tenían que hacer ahora que el duque no quiere?

– Si esperamos más nunca podremos descubrir qué fue lo que pasó. Tanto tú como yo sabemos que la muerte de Eileen no fue en vano. Me niego a pensar que la muerte de mi esposa fue por una casualidad. Debemos de saber con quién trabajaba.

Para mí padre estaba vetado hablar de mi madre, cada vez que alguien la mencionaba él se ponía histérico, era como si molestara que alguien se acordara de ella. Yo siempre he pensado que era porque la quería tanto que le dolía demasiado recordar su muerte.
Tengo muy pocos recuerdos de ella, yo apenas tenía dos años y poco cuando ella murió dando a luz a Gavin, lo cual me hace pensar, ¿por qué mi padre dice que su muerte no fue en vano?

Siempre nos habían dicho que hubo complicaciones en el parto, es más fue casi un milagro que mi hermano lo consiguiera después de lo difícil que fue. Por eso no entiendo a que se refiere con todo esto. Si no fue en el parto, ¿cómo murió? ¿por qué?

– Cada vez estamos más cerca de saberlo Llewelyn, pero no podemos dar un paso en falso, que pasará si descubren nuestros planes. Estaremos perdidos y lo peor, acabarán con nosotros.

Estoy intentando retener toda la información posible en mi cabeza. Noto como mi pecho va a cien, pongo una mano sobre mí frente tocando cada gota de sudor que había en ella y respiro controlando que no se me escuche.

Cuando noto como ponen una mano en mi boca y otra en mi espalda baja. No sé cómo no emití ningún ruido, pero la persona que me agarró lo hizo de forma tan sutil que parecía como si lo hubiera estado practicando toda la vida.

INCANDESCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora