dos : espera eterna. Paranoico

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El lunes por la mañana tuvo que volver al trabajo, estaba más descansado, pues se la pasó el sábado y domingo sin hacer nada, también tomó algunas píldoras para el dolor.

Estaba vestido con su traje de oficina, Pond no tenía ninguna reunión importante esa semana, así que sería tranquila.

Fourth tomó un sorbo de su café caliente mientras sostenía unos papeles en sus manos; el pecoso trabajaba como secretario personal de Pond, el líder de la empresa Apex.

La cual heredó de su padre, era un joven alfa de cabellos negros que no pasaba de sus treinta, estaba casado hace un par de años con un hermoso omega llamado Phuwin. Pond le contó que ellos se habían conocido una vez que los Tangsakyuen , quienes eran la familia del omega, habían hecho una reunión con ellos.

El alfa no había podido evitar enamorarse de la belleza del omega, desde ese momento comenzó a invitarla a salir. Fourth apenas estaba comenzando su trabajo como secretario cuando ellos estaban saliendo; le gustaba ver al alfa tan soñador y con una ligera sonrisa en los labios todo el día.

Y eso era mucho, pues el alfa no era alguien que sonriera demasiado. Dos años después de que estuvieran saliendo, se casaron; él estuvo el día de la boda, fue muy bonita.

Ayudó a Phuwin con la preparación y el traje, el traje del novio fue uno color blanco, con un velo; él se miraba muy bien en el traje, resaltaba su figura.

Después de eso, todo fue viento en popa; la vida de casado de Pond y Phuwin iba bien, algunas discusiones pequeñas, pero no eran nada grave.

— Buenos días, Fourth. — El pecoso alzó la vista de los papeles y miró a su jefe con una gran sonrisa.

— ¡Buenos días, Pond! — saludó y, sin quitar su sonrisa, tomó de su escritorio algunos papeles ya revisados y sellados para entregárselos al alfa. — Ten, ya tengo esto listo; Winny me trajo también su parte.

El pelinegro asintió y se acercó para tomar los papeles; cuando lo hizo, no pudo evitar arrugar su nariz al sentir el ligero aroma de alfa que emanaba el castaño, tenía el olor impregnado en él.

— ¿Conseguiste pareja, Fourth? — La pregunta hizo sonrojar al pecoso; Fourth sabía que el aroma de Gemini aún estaba en él, y no se iría por completo hasta dentro de unos días más.

— Uh, no, la verdad, solo salí el fin de semana... ya sabes... — Fourth habló en un murmullo con su rostro rojo, jugando también con sus dedos de manera tímida.

— No deberías estar con cualquiera; si te sientes estresado, deberías decirme para que te dé algunas vacaciones. — Fourth asintió apenado ante lo dicho por el alfa; Pond tenía con él algún tipo de síndrome de "hermano mayor" y lo cuidaba como tal. — Pero bueno, no soy quien para mandar tu vida, solo digo que te cuides.

Fourth le sonrió con comprensión al mayor; le gustaba, en cierto punto, ser importante para alguien como Pond, sentía que era el hermano que nunca tuvo, alguien que estaría para él cuando estuviera en un momento difícil.

— No te preocupes, Pond. — El omega volvió a su trabajo y el alfa al suyo, no sin antes dar un asentimiento no muy convencido.

Fourth pasó su día sumergido en papeles, algunos contratos y llamadas; la empresa Apex era grande, siempre había muchos contratos y socios nuevos. La paga era buena y el personal también era agradable, aunque entraba temprano y salía casi a la noche; tenía un fin de semana libre cada mes.

Era algo bueno, un buen puesto, y el pecoso no se quejaba de ello; más bien había tenido suerte en encontrar un trabajo como ese, su jefe era como un amigo y hermano, y sus compañeros, amables.

Fourth quiere un cachorro | Geminifourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora