𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 4.

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**La Verdad**

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**La Verdad**

Nueve años después, el joven y apuesto potro Darkness había crecido y se había transformado en todo un caballero.

Caminaba por las calles del pueblo, que había evolucionado en una bulliciosa ciudad, llena de vida y color.

Las yeguas que pasaban a su lado no podían evitar quedarse mirándolo, embobadas por su apariencia bien formada y su porte elegante. Sin embargo, a él no le interesaba lo más mínimo.

Darkness: Otro día más de fastidio en el pueblo, con todas mirándome como si fuera el último semental de Equestria.

Murmuró con desdén, rodando los ojos mientras continuaba su camino hacia la boutique de su madre. La atención que recibía se había vuelto una rutina molesta, y la fascinación que sentían por él le resultaba cansina.

Mientras avanzaba, observó cómo el pueblo había cambiado, convirtiéndose en una ciudad fascinante donde ponis de diversos lugares se congregaban. Sin embargo, en lugar de sentir orgullo, Darkness se sentía atrapado en un ciclo de admiración que no deseaba.

A medida que se acercaba a la boutique, reflexionó sobre cómo su vida diaria se había vuelto predecible, llena de miradas y susurros que lo seguían a cada paso.

La creciente popularidad del lugar lo había dejado indiferente, y, aunque apreciaba la belleza del entorno, la monotonía de ser el centro de atención le resultaba aburrida.

Al llegar a la boutique de su madre, Darkness empujó la puerta con una suave presión, entrando en un espacio lleno de luz y color. Instantáneamente, varias yeguas presentes en la tienda dirigieron sus miradas hacia él, sus ojos brillando de admiración.

Joven yegua: ¡Darkness, qué guapo te ves hoy!.

Exclamó una joven de su misma edad, sonriendo coquetamente. Otra, un poco mayor, añadió.

Yegua mayor: Tu porte es simplemente impresionante, como si fueras un príncipe de cuentos.

El joven potro sintió un ligero fastidio al escuchar los halagos, pero, como era habitual, mantuvo su compostura.

Darkness: Gracias, es muy amable de su parte.

Respondió con elegancia, tratando de no demostrar su creciente desinterés. Sabía que ser el centro de atención venía con el territorio, y aunque esos elogios eran innegablemente halagadores, la constante admiración comenzaba a pesarle.

Una yegua más, con un aire de sofisticación, se acercó y dijo.

Yegua De clase alta: La forma en que caminas, Darkness, es digna de un verdadero caballero. No hay otro como tú en toda Equestria.

A pesar de que sus palabras eran sinceras y cargadas de admiración, Darkness sonrió cortésmente, sintiendo que, por dentro, la repetición de tales cumplidos lo dejaba un poco vacío.

¡𝐍𝐎 𝐒𝐎𝐘 𝐈𝐆𝐔𝐀𝐋 𝐀 𝐄𝐋! /// My Little Pony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora