En un mundo donde el legado del Rey Sombra aún proyecta su oscura sombra, surge Darkness, su hijo no reconocido. Poseedor de una magia única, mezcla de oscuridad y luz, Darkness lucha por redefinir su destino.
Rechazando las huellas de su padre, se...
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**El Hijo Del Rey**
Hace miles de años, cuando el Rey Sombra fue desterrado al inhóspito norte Ártico, pocos supieron que había dejado un hijo, fruto de su unión con una yegua de su propio reino.
Al ver cómo las princesas Celestia y Luna lograban, con alegría, el destierro del tirano, ella comprendió la necesidad de proteger a su hijo. Sabía que, de descubrirse su existencia, correría grave peligro.
Con esta certeza en mente, decidió marcharse. Con su bebé, de apenas unos meses, huyó hacia un rincón remoto de Equestria, decidida a preservarle de un mundo que podría no acogerle con benevolencia.
En un pueblo muy remoto de Equestria, pocos podían imaginar que el bebé que ella llevaba consigo era el hijo del temido Rey Sombra.
La comunidad, ajena a su origen, la acogió con los brazos abiertos, ofreciéndole un hogar y un empleo como estilista y modista, aprovechando su talento.
A pesar de las dificultades iniciales de criar a un bebé mientras trabajaba, con el tiempo, su hijo mostró un sorprendente desarrollo. A los cinco años, ya no requería la constante atención de su madre, pues prefería ocuparse de sus propios asuntos.
Mostraba una seriedad inusual para su edad y rara vez expresaba afecto hacia otros jóvenes potros, aunque siempre mantenía un vínculo cariñoso con su madre.
Una tarde, mientras su madre se sentaba cómodamente leyendo un libro, decidió hablar con él sobre la importancia de hacer amigos.
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Crystal: Cariño ¿No crees que sería buena idea tener algunos amigos con qué jugar?.
Le sugirió con una sonrisa alentadora. El potro, sin embargo, respondió con firmeza, explicando que para él, la amistad era un concepto innecesario.
Argumentó que los lazos emocionales eran efímeros y que prefería concentrarse en sus propios intereses, dejando a su madre reflexionando sobre el carácter singular de su hijo.
Tras escuchar a su hijo, la madre dejó suavemente el libro a un lado. Con un gesto sutil, utilizó su magia para hacerlo levitar hasta colocarlo frente a ella. Luego, se inclinó hacia su hijo, envolviéndolo en un cálido abrazo que él correspondió tímidamente. Con ternura, le dio un beso en la frente.
