Ramón estaba decidido a conquistar a Gatica. Comenzó a hacerle pequeños gestos de coqueteo, como sonreírle cuando pasaba por el pasillo o dejarle notas en su escritorio.
T/N se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y decidió actuar. No dejaría que Ramón se saliera con la suya.
Un día, mientras Gatica estaba en el salón de profesores, Ramón se acercó a él y comenzó a hablarle sobre un tema de matemáticas. T/N se escondió detrás de una columna y escuchó la conversación.
"¿Sabes, Gatica, que siempre he admirado tu forma de enseñar?" dijo Ramón con una sonrisa.
Gatica se sorprendió. "Gracias, Ramón. Me esfuerzo por hacerlo lo mejor posible."
T/N se dio cuenta de que Ramón estaba intentando flirtear con Gatica. Decidió actuar rápidamente.
Se acercó a ellos y tropezó, derramando sus libros en el suelo. Gatica y Ramón se apresuraron a ayudarla a recogerlos.
"Lo siento mucho", dijo T/N con una sonrisa inocente.
Gatica sonrió. "No te preocupes, T/N. Estamos aquí para ayudarte."
Ramón se sintió frustrado. Su intento de coqueteo había sido arruinado por T/N.
Al día siguiente, Ramón intentó de nuevo. Le dejó una nota en el escritorio de Gatica, diciéndole que era un excelente profesor y que siempre había admirado su dedicación.
T/N se dio cuenta de la nota y decidió actuar rápidamente. Se acercó a Gatica y le dijo que había visto una nota en su escritorio que parecía ser de un estudiante que necesitaba ayuda.
Gatica se apresuró a leer la nota y se dio cuenta de que no era de un estudiante. Se sintió confundido y T/N se ofreció a ayudarlo a descubrir quién había escrito la nota.
Ramón se sintió frustrado de nuevo. Su intento de coqueteo había sido arruinado por T/N.
