Ramón y T/N estaban en el pasillo, discutiendo en voz baja.
"No entiendo por qué siempre tienes que interferir en mis planes", dijo Ramón con frustración.
"Porque no voy a dejar que te salgas con la tuya", respondió T/N con determinación.
Ramón se acercó a ella, su voz aumentando de intensidad. "No tienes derecho a decidir qué es lo mejor para Gatica. Él puede tomar sus propias decisiones."
T/N se mantuvo firme. "No voy a dejar que lo lastimes, Ramón. No eres bueno para él."
Justo cuando la discusión estaba a punto de escalar, Gatica se acercó a ellos.
"¿Qué pasa aquí?" preguntó con curiosidad.
Ramón y T/N se detuvieron inmediatamente, sonriendo de manera forzada.
"Nada, profesor", dijo Ramón. "Solo discutiendo sobre un tema de matemáticas."
Gatica asintió. "Bueno, no quiero interrumpir. Pero recuerden que tenemos una reunión de profesores pronto."
T/N asintió y se fue, dejando a Ramón con una mirada de frustración.
Mientras tanto, en la oficina del director, una mujer elegante y sonriente estaba firmando documentos.
"Gloria Hernández", dijo el director, extendiendo su mano. "Bienvenida al equipo de profesores de nuestro colegio."
Gloria sonrió y estrechó la mano del director. "Gracias, es un placer estar aquí."