Capitulo 4.¿Estás bien?

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Val y Rocío se enfrentaban en la pista de patinaje, como siempre, con Val destacando por sus giros y maniobras impecables. Pero había algo que no estaba bien. Rocío, su rival y contrincante habitual, no estaba mostrando su destreza y habilidad competitiva desde hacía una semana. De hecho, parecía estar luchando por mantener el equilibrio, resbalando con el hielo en maniobras que normalmente dominaba con facilidad.

Val se dio cuenta de la diferencia en el desempeño de Rocío y se sintió un poco preocupada. A pesar de su rivalidad, no podía evitar sentir una cierta preocupación por su compañera. ¿Qué le pasaba a Rocío? ¿Por qué no podía concentrarse?

Mientras ella seguía patinando con gracia y precisión, no podía evitar lanzar miradas preocupadas hacia Rocío, que seguía luchando por encontrar su ritmo. La competencia entre ellas seguía viva, pero en ese momento, Val se sentía más preocupada por la bienestar de su rival que por ganar.

Rocío salió de la pista de patinaje con una velocidad inusual, como si huyera de sus propios pensamientos. Se dirigió a los camerinos, guardó sus cosas con prisas y se fue, sin detenerse a charlar con nadie.

En el estacionamiento, su celular sonó, rompiendo el silencio. Era un mensaje de Emiliano, quien había creado un grupo con todos los integrantes de la banda. El mensaje era breve y directo: "Reunión urgente en casa de Lyn. Venid todos".

Rocío frunció el ceño, extrañada por la urgencia del mensaje. En ese momento, sintió una mano en su hombro y se giró bruscamente, asustada. Era Val, quien la miraba con preocupación.

-¡Oye, tranquila! No te asustes -dijo Val, con una sonrisa calmada-. Solo quería saber si estabas bien. Hace días que no te veo concentrada en las clases. ¿Pasa algo?

Rocío respiró hondo, tratando de calmar su corazón acelerado. Miró a Val, y por un momento, se sintió tentada a abrirse con ella. Pero algo la detuvo.

- Estoy bien, Val. Solo un poco estresada -respondió Rocío, tratando de sonar convincente.

Rocío miró a su rival con escepticismo. -Y tú, ¿desde cuándo te preocupas por mí? ¿No habías dejado en claro tu rivalidad conmigo, García?-.

Val se encogió de hombros. -Je, nunca me habías llamado por mi apellido. De hecho, nunca me habías dirigido la palabra. Eso sí es raro de ti-.

Rocío frunció el ceño. -No me vengas con tonterías, Val. Sabes perfectamente por qué no me gusta hablar contigo-.

Val sonrió con ironía. -Ah, sí. Porque me detestas. Pero entonces, ¿por qué me diriges la palabra ahora? ¿Por qué te preocupas por mí?-.

Rocío cruzó los brazos. -No me preocupo por ti. Solo... no quiero que te creas que puedes ganarme en todo-.

Val se rió, una risa sincera que sorprendió a Rocío.

-Vamos, Rodríguez. No puedes ocultar que en el fondo me quieres. Aunque solo sea un poquito-.

Rocío puso los ojos en blanco. -No te quiero. Te detesto-.

Val se acercó un poco más. -Claro. Entonces, ¿por qué sigues hablando conmigo?-.

Rocío espetó las palabras sin pensar.

-Cierra la boca, García-. Pero en cuanto las dijo, se arrepintió. Val se quedó callada, con una expresión herida en su rostro. El silencio que siguió fue incómodo, y Rocío se sintió culpable. Se acercó a Val, con una mirada preocupada.

-Perdón, Val. No quise decir eso-, dijo Rocío, con voz suave.

Val sonrió, y sus ojos brillaron con una luz cálida. -No te preocupes, Rocío. Entiendo -dijo, con una voz que no reflejaba rivalidad, sino algo más profundo.

Sombras Del CorazónღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora