Capitulo 4

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Tomé un sorbo de mi bebida y reuní el valor para acercarme. Caminé hacia él con una sonrisa, y cuando me vio, su rostro se iluminó.

"¡Gabbi! Qué bueno verte aquí", dijo Esteban, apartándose del grupo para hablar conmigo.

"Hola, Esteban. ¿Cómo has estado?" pregunté, tratando de sonar casual mientras mi corazón latía con fuerza.

"He estado bien, gracias. ¿Y tú? ¿Cómo te va?" respondió él, con una sonrisa cálida.

"Todo bien, gracias. La universidad ha estado un poco intensa, pero nada que no pueda manejar", dije, intentando mantener la conversación ligera.

"Sí, me imagino. He escuchado que estás haciendo un gran trabajo en tus estudios de derecho. ¡Eso es impresionante!" comentó Esteban, mirándome con admiración.

"Gracias, trato de dar lo mejor de mí", respondí, sintiéndome un poco más relajada. "¿Y tú? ¿Qué has estado haciendo últimamente?"

"Bueno, he estado ocupado con el trabajo y algunos proyectos personales. Pero siempre trato de encontrar tiempo para relajarme y disfrutar con amigos", dijo, señalando a sus amigos que aún estaban conversando cerca.

"Eso suena bien. Es importante encontrar un equilibrio", dije, asintiendo. "Por cierto, quería hablar contigo sobre algo que dijiste antes."

"Claro, dime", respondió él, mirándome con curiosidad.

"Bueno, mencionaste que la persona que te gusta es fría. ¿Estabas hablando de mí?" pregunté directamente, sintiendo un nudo en el estómago.

Esteban pareció sorprendido por mi pregunta, pero luego sonrió. "Sí, Gabbi, estaba hablando de ti. Sé que puede sonar extraño, pero me gustas desde hace tiempo. Solo que nunca supe cómo decírtelo porque siempre pareces tan distante."

Me quedé en silencio por un momento, procesando sus palabras. "No sabía que te sentías así", dije finalmente. "Tal vez no soy tan fría como piensas. Solo me cuesta mostrar mis sentimientos."

Esteban sonrió y dio un paso más cerca. "Entonces, ¿te gustaría salir conmigo alguna vez? Podríamos conocernos mejor."

"Me gustaría eso, Esteban", respondí finalmente, con una sonrisa tímida. "Creo que sería bueno conocernos mejor."

Esteban sonrió ampliamente, y pude ver el alivio en sus ojos. "Genial. ¿Te parece bien si salimos este fin de semana? Podríamos ir a cenar o hacer algo divertido."

"Me parece perfecto", dije, sintiendo cómo mi corazón latía más rápido. "¿Te parece bien el sábado por la noche?"

"Sí, el sábado está bien", respondió él, asintiendo. "Te recogeré a las ocho, ¿te parece?"

"Me parece bien", dije, sintiéndome más relajada. "Gracias por ser honesto conmigo, Esteban. A veces, no es fácil abrirse."

"Lo sé, Gabbi. Pero creo que vale la pena intentarlo", dijo, mirándome con una sonrisa cálida. "Nos vemos el sábado, entonces."

Nos despedimos y me dirigí de nuevo hacia mis amigas, que estaban observando la escena desde la distancia con curiosidad. Cuando llegué a donde estaban, me recibieron con sonrisas y preguntas.

"¡Cuéntanos todo!" exclamó Samara, casi saltando de emoción.

"Sí, ¿qué pasó?" preguntó Vanessa, con una sonrisa cómplice.

"Bueno, parece que tengo una cita este sábado", dije, tratando de contener mi emoción.

"¡Eso es increíble, Gabbi!" dijo Andrea, dándome un abrazo. "Sabía que había algo entre ustedes dos."

"Sí, yo también lo sospechaba", añadió Samara. "¡Estoy tan feliz por ti!"

"Gracias, chicas", dije, sintiéndome agradecida por tener amigas tan maravillosas. "Ahora solo tengo que decidir qué ponerme para la cita."

"¡Te ayudaremos con eso!" dijo Vanessa, con una sonrisa. "Será una noche inolvidable."

"Hay algo más que me preocupa", añadí, mordiéndome el labio. "Esteban es amigo de mi hermano, y no sé cómo va a tomarlo Mateo si se entera de que estamos saliendo."

"Entiendo tu preocupación", dijo Vanessa, asintiendo. "Pero creo que lo mejor es ser honesta con ambos. Si Esteban y tú realmente quieren intentarlo, Mateo tendrá que entenderlo."

"Sí, tienes razón", dije, suspirando. "Solo espero que no cause problemas entre ellos."

"Lo importante es que sigas tu corazón, Gabbi", dijo Andrea, dándome una palmadita en el hombro. "Y nosotras estaremos aquí para apoyarte en lo que necesites."

El sábado por la noche llegó más rápido de lo que esperaba. Me encontraba frente al espejo, ajustando los últimos detalles de mi atuendo. Había optado por un vestido rojo que resaltaba mi piel morena y mis curvas, con un escote en V y una falda que caía suavemente hasta mis rodillas. Mi cabello negro largo estaba suelto, cayendo en ondas naturales sobre mis hombros. Unos pendientes plateados y unos tacones negros completaban el look.

A las ocho en punto, escuché el timbre de la puerta. Mi corazón latía con fuerza mientras bajaba las escaleras para abrir. Al abrir la puerta, me encontré con Esteban, que lucía increíblemente guapo con una camisa blanca y unos pantalones oscuros. Me sonrió, y pude ver la admiración en sus ojos.

"Gabbi, te ves hermosa", dijo, ofreciéndome una rosa roja.

"Gracias, Esteban. Tú también te ves muy bien", respondí, aceptando la rosa con una sonrisa.

Nos dirigimos a su coche y él abrió la puerta para que entrara. Durante el trayecto, conversamos sobre cosas triviales, pero la tensión y la emoción eran palpables. Finalmente, llegamos a un restaurante acogedor con una vista impresionante de la ciudad.

La cena transcurrió de manera encantadora. Esteban y yo hablamos de todo, desde nuestros estudios hasta nuestras aspiraciones y sueños. Me sorprendió lo fácil que era hablar con él y cómo nuestras conversaciones fluían sin esfuerzo.

Después de la cena, Esteban sugirió dar un paseo por un parque cercano. Caminamos bajo la luz de la luna, disfrutando de la tranquilidad de la noche. En un momento dado, nos detuvimos junto a un lago, donde el reflejo de la luna en el agua creaba una atmósfera mágica.

"Gabbi, hay algo que quiero decirte", dijo Esteban, tomando mis manos entre las suyas. "Desde que te conocí, siempre he sentido algo especial por ti. Eres increíblemente inteligente, hermosa y fuerte. Sé que a veces puedo parecer distante, pero quiero que sepas que me importas mucho."

Sentí cómo mi corazón se aceleraba mientras lo escuchaba. "Esteban, yo también siento algo por ti. Siempre he admirado tu seguridad y tu manera de ver la vida. Me gustaría conocerte mejor y ver a dónde nos lleva esto."

Esteban sonrió y, sin decir una palabra más, se inclinó hacia mí. Sentí su aliento cálido antes de que sus labios se encontraran con los míos en un beso suave y tierno. Fue un momento perfecto, lleno de promesas y nuevas posibilidades.

Nos quedamos así, abrazados bajo la luz de la luna, disfrutando de la conexión que habíamos encontrado. Sabía que este era solo el comienzo de algo especial, y no podía esperar a ver qué nos deparaba el futuro.

No todo es lo que pareceWhere stories live. Discover now