Parte 9. La única persona que necesito

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Harley se apoyó en una pared de ladrillos y, poco a poco, fue deslizándose hasta que su trasero golpeó contra el suelo.

«¡Ay!» dijo en un susurro, aunque la verdad es que el dolor de su cabeza y su hombro le impedían sentir dolor en cualquier otra parte del cuerpo.

La chica de la katana la observaba con curiosidad. Un joven vestido de azul neón se unió a ellas.
«¿Quién será esta loca?», preguntó el chico en japonés.

La chica se encogió de hombros sin dejar de mirar a Harley con la misma fascinación con la que miraría a una exótica criatura que acabase de descubrir y cuya existencia desconocía. «¿Le corto la cabeza?», preguntó como si le diese los buenos días a algún conocido.

«No. Quiero saber quién es», dijo el chico. «¿Quién eres, jodida loca?», dijo alzando la voz y cambiando al inglés. «¿Quién te envía, zorra?».

Harley se obligó a permanecer consciente, aunque el dolor de cabeza amenazaba con hundirla. Miró a la pareja que la había abordado, con una mirada de frío desdén en sus facciones a pesar de su debilitado estado. «¿Enviarme? ¡Ja! Nadie me envía. Harley Quinn ya no recibe órdenes de nadie».

La chica de la katana miró al chico, sonriendo. «Está como una cabra, ¿verdad?». Luego apuntó su arma a la cabeza de Harley. «Pero está bien, podemos llegar a un acuerdo».
Harley cerró los ojos instintivamente, pero entonces se escucharon las sirenas que se acercaban a toda velocidad.

«Espera», dijo el chico, que volvió a utilizar el japonés. «No tenemos tiempo para esto. Hay que largarse de aquí».

La chica bajó la katana, no muy convencida: «Es muy peligrosa. Nos vamos a arrepentir de darle una segunda oportunidad para jodernos».

«No podemos matarla sin saber quién es o qué está pasando aquí», dijo mientras agarraba a la chica por el brazo y la obligaba a irse. Antes de ir tras ella, el chico se volvió hacia Harley: «Volveremos a vernos. Vas a pagar por esto».

Los pandilleros de azul neón montaron en un par de coches deportivos y salieron a toda velocidad, dejando tras sí a varios de sus compañeros muertos.

Harley gimió de dolor y se desplomó en el suelo. Sabía que todo aquello había sido un error. Exceso de confianza. No debería haberse enfrentado a los Deckers sola. Eran listos y estaban bien organizados. Además, apenas estaba empezando a averiguar cómo funcionaban las cosas en aquel lugar. Debería haber ido con más cautela.

Intentó levantarse, pero las piernas no le respondían y la cabeza le daba vueltas.
Mientras se desmayaba, pudo ver los destellos rojos y azules de las luces de un coche patrulla.
«Salvada por los polis», dijo mientras todo se volvía negro. «Tiene su gracia...»

Mientras, nuestro querido Izuku regresaba a casa tras su entrevista de trabajo

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Mientras, nuestro querido Izuku regresaba a casa tras su entrevista de trabajo. Su estado de ánimo era una mezcla de irritación, alegría y desasosiego.

Harley Quinn & Izuku Midoriya. En el Universo de Madam Ironfist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora