Parte 6. No demasiado, ni demasiado fuerte.

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El día no podía haber empezado mejor para Harley. 

Le había dado una buena tunda a Izuku por correrse demasiado pronto la noche anterior. No demasiado, ni demasiado fuerte. Los azotes suficientes como para que su pequeño culito adquiriese un tono rosado super-mono.

Por mucho que lo negase, Harley estaba segura de que a Izuku le gustaba aquello. A todos los chicos en realidad.

"Los chicos son unos pervertidos" se dijo a sí misma con una sonrisa maliciosa en la cara.

Además de ser una actividad sexy y excitante con todos esos ruiditos, pucheros y súplicas de Izuku, los azotes eran una buena forma de conseguir hacer de Izuku el mejor de los novios posibles. Eso era algo de lo que también estaba plenamente convencida.

Y estaba empeñada en lograrlo porque sentía que, sin pretenderlo, se había enamorado de Izuku hasta las trancas.

¿Estaría él tan enamorado como lo estaba ella? se preguntó.

Después de lo sucedido en su última relación, lo que menos necesitaba Harley era un nuevo desengaño.

Sonrió. Eso no iba a pasar. Izuku era un buen chico. Y si dejaba de serlo... Bueno, si dejaba de serlo ella se sentía capaz de meterlo en cintura.

Como una gata jugando con un ratón, o una leona jugando con un conejo.

Sí, pensó, iba a conservar a Izuku a toda costa. Si alguna vez tenía que romper su espíritu y destrozar su corazón, eso sería lo menos doloroso que podría hacer.

Ahora Izuku le estaba preparando un buen desayuno mientras ella se daba una ducha. Era algo muy tierno como él había obedecido sin rechistar cuando ella le había dicho que tenía hambre.

Tras una ducha rápida, Harley salió del cuarto de baño y se encontró a Izuku en la cocina.

"Buenos días, pastelito", saludó alegremente mientras se envolvía la cintura con una toalla y se sentaba a la mesa.

"Buenos días, Harley", respondió Izuku, mientras sus ojos se movían rápidamente entre las piernas de ella y volvían a su cara.

Harley bajó la mirada hacia su pecho desnudo y se dio cuenta de que Izuku no se había fijado en sus tetas.

Enarcó una ceja ante su evidente distracción. "¿Va todo bien?", preguntó.

"¡Sí!", respondió Izuku, con las mejillas enrojecidas. "Sólo me aseguraba de que estuviéramos listos para desayunar".

Mientras empezaba a comerse la ensalada que Izuku había preparado (que tampoco era gran cosa para ser sinceros) Harley recordó lo de Izuku buscando trabajo. No estaba segura de qué pensar al respecto.

De lo que sí estaba segura era de que necesitaban dinero. No estaba dispuesta a vivir indefinidamente en aquel cuchitril barato. Y, por supuesto, además de los azotes a los chicos les encanta tener juguetes caros y ella estaba dispuesta a comprarle a Izuku cualquier cosa que pudiera desear. 

¡Estaba tan enamorada!

Y tal como Izuku había temido, la única forma que se le ocurría a Harley para conseguir las inmensas cantidades de dinero que necesitaba era cometer un gran número de delitos. Harley sonrió con maldad. ¡Eso sí que era algo que podía hacer!

Harley terminó de comer como pudo la asquerosa ensalada que Izuku había preparado. Su novio era guapo, pero un pésimo cocinero. Tendría que entrenarle en eso también, pero poco a poco. Primero tenía que conseguir que se corriera solo a sus órdenes. 

"Tengo que salir", dijo Harley mientras ayudaba a Izuku a recoger la mesa. "No sé cuándo volveré. Y no te atrevas a salir de casa sin mí. Quiero que te quedes donde estás hasta que vuelva. ¿Entiendes?"

Harley Quinn & Izuku Midoriya. En el Universo de Madam Ironfist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora