Prólogo

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[En este libro se mencionará a Dios a veces, pero NO es una historia religiosa

Por favor, no criticar ni hacer comentarios sarcásticos]

***

--¡PAPÁ! ¡NO! .-Oswald gritó mientras el conejo amarillo agarraba a su padre y lo metía a la piscina de pelotas

Oswald no supó que hacer, solo gritó y miró con horror como el cuerpo de su padre desaparecía entre el montón de pelotas de colores

Se quedó estático, petrificado y aterrorizado. Quería hacer algo pero sus piernas no se movían, miró a su alrededor por si encontraba a Jeff o a algún comensal que pudiera ayudarle, pero no había nadie a la vista

Quisó gritar por ayuda, pero su garganta estaba seca y no podía articular palabra. Su cuerpo estaba sumido en el más profundo terror

Entonces, escuchó el característico sonido de pelotas de plástico moviéndose. Volteó y, para su horror, los ojos azules de la bestia amarilla lo miraban fijamente

El conejo se levantó y acomodó el moño que decoraba su cuello, nunca apartando la vista de él

Oswald se hizo para atrás en una posición defensiva patética

--¿Q-Qué le hiciste a mi papá? ¿Dónde está?

El conejo no dijo palabra y empezó a salir de la piscina de pelotas, esto alarmó al niño pensando que él sería el siguiente, así que empezó a correr hacia la puerta que llevaría al comedor de la pizzería. Sin embargo, su brazo fue sujetado firmemente haciendo que el niño entrara en pánico

--¡NO! .-gritó y se tiró al suelo, rompiendo a llorar.- ¡POR FAVOR, NO ME LASTIMES OTRA VEZ! ¡POR FAVOR!

El conejo lo miró. Lo sujetaba firmemente, pero no lo estaba lastimando

El niño realmente debe estar asustado, no pensó que él simplemente se tiraría al suelo y comenzaría a llorar y gritar de esta manera

El conejo se arrodilló y atrapó al niño en sus brazos en un abrazo, acunandolo casi como si fuera un bebé asustado. Entonces empezó a caminar hacia la salida

Oswald no se movió, tenía miedo de que pasaría si se moviera estando tan cerca de este monstruo. Miró como el conejo se detuvo un momento para mirar a Jeff

--¿Se lastimó? .-preguntó Jeff con su mirada cansada y preocupada. El conejo sacudió la cabeza y empezó a caminar hacia la salida.- Nos vemos Oswald

¿Qué? ¿Por qué Jeff no reaccionó?

¿Acaso no se daba cuenta del monstruo de dos metros frente a él?

El conejo lo llevó al auto y lo metió con cuidado, poniéndole gentilmente el cinturón de seguridad antes de que él mismo fuera al asiento del conductor y empezará a manejar

Miró al niño por el retrovisor que aún sollozaba y parecía querer hacerse bolita

Suspiró mentalmente. Tendría mucho trabajo por delante

Continuará...

Continuará

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Él No Es Mi Padre  -Into the PitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora