Se abren las cortinas y,tras los primeros acordes de una orquesta,el escenario se llena de sueños y leyendas.
El público contiene la respiración.Los personajes bailan sobre tablas y,desde allí, cuando todo acaba entre aplausos y flores,se van a dormir eternamente a las páginas de un libro que,un buen día ,alguien descubrirá...El lago de los cisnes es el primer ballet que escribió el compositor ruso Piotr Ílich Chaikovski ,encargado por La Ópera de Moscú ,y su estreno ,en el famoso Teatro Bolshói,no fue muy aceptado . Años después,y con distinta coreografía, la obra logró tanto éxito, que se convirtió en uno de los ballets más famosos de todos los tiempos.Entre las figuras destacadas que encarnaron sus protagónicos fuera nuestra Prima Ballerina Absoluta Alicia.
«¡ Ama al cisne salvaje! No intentes posar tus manos sobre su inocente cuello.No intentes susurrarle tu amor o tus penas.No remuevas el agua de la laguna no respires. Confórmate con su salvaje lejanía con su ajena belleza. Trágate tu amor imposible. Ámalo libre.Ama el modo en que ignora que tú existes . Ama el cisne salvaje.»
Luis Rogello Nogueras
La noche teje sombras en el bosque,un mundo de sombras misteriosas que bailan abrazadas entre sí y quizás aguardan algo que tarda en llegar.Las sombras van y vienen en el bosque susurrante ;su danza fantasmal,nada dice a las aves que duermen o velan ,esperando algo que quizás vaya a ocurrir.
La noche es sabia y conoce de los misterios del mundo.
La luna se pasea sobre el lago,inundan sus rayos las quintas aguas, que apenas parecen estar vivas y se ven como el espejo más bruñido del universo.
El príncipe Sigfrido llega al bosque.
Es su día de cumpleaños, pero no se ve feliz.Para nada disfrutó de la fiesta,de sus regalos,de las hermosas doncellas que fueron presentadas.Su madre quiere casarlo cuanto antes ,darle un sentido a su vida y asegurar la descendencia al trono. Pero Sigfrido no conoce el amor. Vive para estar con sus amigos,los placeres frívolos,la cacería, criar halcones o desicarse precisamente a eso que más ansía durante el día: huir del palacio cuando todos duermen y encontrarse con la noche misteriosa. Desde niño siempre le fascinaron el silencio y la soledad. Por eso escapa hacia las calles solitarias,los prados donde pastores apacientan sus rebaños o este bosque del que siempre le advirtieron que se cuidara.Ahora avanza dando tumbos entre los árboles que se elevan al cielo, indeciso,despreocupado ,disfrutando de la fría brisa que atraviesa de la maraña de troncos umbríos ,extasiado con los cantos de las aves nocturnas.
Así,se tropieza de repente con el pálido y rumoroso lago donde la luna llena pasea su mágico ensueño.
Sigfrido respira unos instantes arrobado ante tanta belleza y, de pronto,se queda sin aliento.
El lago se llena de aves blancas y majestuosas que se van posando suavemente sobre sus quietas aguas.
«¡Son cisnes!, ¡ parecen de platas!», piensa Sigfrido.Los cisnes danzan unos instantes entre las aguas, luego, todo a una ,se dirigen hacia la orilla.
El príncipe,casi por instinto apunta a uno de ellos con su ballesta,pero se queda paralizado ante al sorpresa al ver las aves transformarse en gráciles doncellas que, ajenas a su presencia,prosiguen danzando tomadas de las manos.
Mas hay una ,cuya visión le corta la respiración.Es la más bella entre las bellas ,la de aire más triste nostálgico,la que parece una imagen irreal,la sublime creación del más sensible de los artistas.