°•✦𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝑫𝒆 𝑹𝒐𝒔𝒂𝒔✦•° 《𝕄𝕚𝕟𝕓𝕚𝕟》

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Salto...Salto...Salto.

- Auch - Super salto fue ese que le hizo golpearse la cabeza.

Seo Changbin iba recostado viajando en la parte de atrás de una carreta, y no, no porque ellos estuvieran en el año 1800 sin autos ni buses. Esto tenía su motivo y era que Changbin es un omega viajando solo hasta una casa alejada de la suya.

Su condición de omega lo hace deseado por contrabandistas, manadas millonarias, familias ricas con ganas de tener algún objeto extraño de colección, por esto Changbin debe viajar lo más desapercibido posible.

Apretó la carta hecha a mano de su amigo.

Lee Felix, oh, perdón, Han Felix, porque ahora estaba emparejado, le escribió pidiéndole ir en su compañía mientras esperaba a su bebé y algunos meses venideros luego de su nacimiento.

No podía decir no, no sólo porque dejar a un amigo es inconcebible, sino porque Felix le había conseguido hace años atrás un lugar de trabajo en una casa de partos para la comunidad de cambiaformas cuando él no era más que un adolescente perdido en Corea.

Afortunadamente, Felix lo encontró en Seúl y se apiadó de él llevándolo a Busan, que si bien era un lugar grande, no tenía el bullicio de la gran ciudad, cosa por la cual estaría siempre agradecido. Ellos fueron mejores amigos por varios años hasta que Felix sintió un llamado de la aventura y se fue a recorrer pueblitos con ganas de escribir un libro.

Terminó encontrado el pueblo más bonito del mundo, según sus palabras, y a su compañero destinado con quien vivía ahora.

Pues era exactamente a esa casa a donde Changbin se dirigía para trabajar como su ayudante personal, probablemente era sólo un título pues Felix no es de las personas que miran en menos a los demás.

Sobretodo porque por años Felix trabajó haciendo aseo.

Sintió la carreta detenerse, fue destapado y pudo ver que estaban en alguna plaza que debía ser el centro del pueblo.

- ¡Changbin! - Escuchó un grito agudo, de verdad muy agudo, y reconocible.

Agradeció a los dos hombres de la carreta y corrió con su pequeña maleta en mano hasta los brazos de Felix.

- ¡Te he extrañado mucho! - Felix besó en la mejilla de su amigo.

A lo lejos pudo ver como un hombre lo miraba mal y comenzaba su camino hasta ellos con la clara intención de pelear con Changbin, aunque por supuesto mientras más se acercaba a él su rostro cambiaba a una expresión más pacífica.

- Oh bueno, debes ser Changbin - Saludó el hombre alto - Solcito, no me dijiste que tu amigo era un omega -.

Felix solo sonrió y subió los hombros en gesto de "Upsi".

- Debes ser Jisung, un gusto, leí como doscientos correos electrónicos y escuché dos mil horas en llamadas telefónicas que hablaban de tí - Sonrió al compañero de su amigo.

- ¡Oye! No me exhibas, él no debe saber que lo amo tanto - Felix golpeó su brazo.

- De verdad es un gusto, casi un honor conocerte, seguro te lo han dicho mucho pero es raro un omega hombre - Jisung lo miró de pies a cabeza como buscando algo.

Pues si, se lo habían dicho cientos de miles de veces en diversas situaciones, pero las palabras de Jisung eran honestamente amables en comparación a otras.

Entre risas y comentarios sobre el pueblo viajaron en la camioneta roja de Jisung hasta la casa del alfa de la manada, que era de hecho el cuñado de Felix.

- ¿Cuántos meses tienes? - Puso una mano sobre el abdomen aún pequeño de su amigo.

- Cuatro meses, ya salí de la etapa de riesgo así que ahora sólo queda esperar - Los ojos de Felix brillaban como si fuegos artificiales vivieran en ellos.

Changbin no podía esperar a conocer a este bebé, no sólo porque seguro sería una cosita bella, sino porque amaba a los cachorros. Aún con todos esos años oyendo llantos, cambiando pañales, viendo dientes salir y cabello crecer en pequeñas cabezas jamás les perdió el gusto a los bebés.

Cualquier cambia formas de lobo podía tener un bebé, tanto los comunes como los omegas por lo que si no se cuidaban bien podrían tener un embarazo no deseado siendo adolescentes.

Lo bueno era que a pesar que Felix era joven, él ya estaba emparejado y todo.

- ¿Y tú? ¿Aún no encuentras a tu alma gemela? - Le preguntó Jisung.

- Mmm - Negó él - Sólo he trabajado estos años, es difícil salir a relacionarte cuando eres un fenómeno como yo y de hecho dudo que haya un compañero para mi en alguna parte -.

Y vaya que lo sabría. Para los cambiantes normales encontrar a tu pareja era casi un flechazo, una electricidad inmediata, el olor te expone. Si no se emparejan pronto comienzan a experimentar dolores terribles, una muerte lenta.

Pero para los de su tipo era...Diferente.

Ser un omega tiene sus pro y sus contra, por ejemplo, no tienen celos desde la adolescencia como todos los lobos y solo los comienzan a experimentar luego de haber estado con su compañero.

Otra cosa era que los lobos omegas no tienen olfato, es decir, se les fueron otorgados unos dones, pero a cambio perdieron otros.

Changbin jamás podría identificar a un humano, un lobo, peligro, drogas o explosivos pues su olfato era más similar al de los humanos.

¿Cuál podría ser el peor caso? El compañero de Changbin lo detecta, pero ellos se pierden entre la multitud y jamás, por mucho que su compañero busque su aroma, se logren encontrar, él comenzará con sus celos alertando a su lobo que han conocido a su compañero, pero la distancia hará que enfermen y si no se logran emparejar morirán tortuosa y lentamente.

¡Que hermoso es el destino!

Sinceramente una perra.

- Seguro algún día aparecerá un buen príncipe para tí ¡Ya verás! - Felix le tomó la mano.

- Pero ahora ya llegamos - Jisung alertó a ambos.

Felix iba a saltar de la camioneta, pero Jisung llegó rápidamente a sostenerlo y ponerlo en el suelo.

Changbin saltó sin ayuda.

- ¿Debo ir inmediatamente a presentarme al alfa? - Changbin odiaba esa parte.

- Nah, Minho salió del pueblo hace como tres días - Felix lo jaló a la casa - Quizás llega mañana o pasado, te avisaré para que lo veamos -.

- Está bien - Se alivió Changbin.

Pensó nuevamente en los compañeros, creer que éso le podría haber pasado hoy mismo en la plaza le da escalofríos. Por eso Changbin evitaba salir, pero bueno, a veces la vida te lleva por caminos que no esperabas.

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