Gil y Mélodie llegaron casi sin aliento al barco de Uma. Subieron a tropezones por la rampa, sus pies tambaleándose con el vaivén de las olas, y corrieron directamente hacia la parte inferior del barco, donde estaba la oficina de la capitana.
-¡Uma! -gritó Gil al entrar de golpe, su voz entrecortada por la carrera. Tanto Uma como Harry levantaron la vista, alertas-. Tenemos noticias.
Mélodie, aún recuperando el aliento, avanzó unos pasos hacia el escritorio de Uma, tratando de mantener la compostura.
-El Rey Ben... -dijo finalmente, sus palabras cargadas de tensión-. Está en la Isla, y no está solo. Vino con Carlos, Evie y Jay.
El rostro de Uma se transformó de inmediato. Una serie de emociones cruzaron por su expresión: sorpresa, incredulidad, y finalmente una chispa maliciosa. Pero lo que más resaltaba era el brillo calculador en sus ojos, señal de que ya comenzaba a trazar un plan en su mente.
-Bien -murmuró Uma palmeando el hombro de la chica con una sonrisa que no presagiaba nada bueno-. Muy bien.
Mélodie observaba al chico rubio con curiosidad. Se acercó con cautela y, agachándose un poco, lo olfateó. Desprendía un aroma dulce, como a manzanilla. Cuando Uma mencionó que secuestrarían al rey, jamás pensó que terminaría siendo su cuidadora. La joven, de cabello negro y vestida con un delicado vestido blanco que le llegaba hasta los pies, se inclinó suavemente para tocar la mejilla del rey, pero soltó un pequeño gritito y saltó hacia su cama al verlo despertar de repente.
Ben abrió los ojos, desconcertado. Se movió bruscamente al notar que estaba atado, y miró a ambos lados hasta encontrarse con los profundos ojos azules de la chica que ya había visto hacía unas horas.
-¿Tú? -preguntó, confundido, sin entender qué hacía ella allí.
Mélodie se puso de pie con lentitud, su expresión se tornó seria.
-Has sido capturado por Uma y su tripulación -repitió Mélodie con firmeza, tal como Uma le había indicado-, y te quedarás bajo mi cuidado hasta nuevo aviso.
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𝓟𝓮𝓽𝓲𝓽𝓮 𝓢𝓲𝓻𝓮𝓷𝓮 - 𝐁𝐞𝐧 𝐁𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚
FantasiMadeline, una chica dulce y de espíritu libre, creció en la Isla de los Perdidos como hija de Lefou y Morgana, una sirena del País de Nunca Jamás. Aunque la vida en la isla estaba llena de desafíos y rodeada de villanos, Madeline siempre conservó su...