02: Sin Rey.

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Entre la vida y la muerte suceden cosas que desafían la lógica, y Wade Wilson, el maldito "Jesús de Marvel", había encontrado la manera de engañar incluso a la muerte misma. Sonaba estúpido, casi absurdo, y más cruel de lo que debería ser. Pero ¿por qué lo había hecho? ¿Por qué fingir su propia muerte? La respuesta era más complicada de lo que parecía, pero como siempre con Deadpool, había una lógica torcida detrás de todo.

Wade no había contado con que el maldito *destripa tiempo* lo dejaría en una sola pieza. No en este lugar, no en el planeta Bongo. Era como una broma cósmica que sólo él podía entender, y la risa, por una vez, se le había quedado atascada en la garganta. Había escapado de algo peor que la muerte, pero ahora se encontraba en un estado de duda existencial, cuestionándose si volver o no.

Había visto a Vanessa. Observado desde las sombras, asegurándose de que no lo viera. Ella estaba... bien. Feliz, incluso. Demasiado feliz sin él a su lado. Y eso le dolió más de lo que quería admitir. Si ella estaba bien, si el mundo seguía girando sin él, ¿qué sentido tenía volver? Creyó que ya no era necesario, ni para Vanessa, ni para Logan, ni para nadie. Tal vez el mundo estaba mejor sin Deadpool, sin su caos constante.

Así que huyó. Se ocultó en el único lugar que le parecía seguro, el mismo bar donde había conocido a aquella stripper por primera vez, años atrás. Bebió hasta perder la noción del tiempo, hundido en una niebla de alcohol y autocompasión, como si al ahogar sus pensamientos pudiera encontrar algún tipo de alivio. Eventualmente terminó en una pequeña habitación sobre el bar, un refugio miserable, pero adecuado para alguien que ya no tenía un propósito. Estaba ocultándose del mundo... más específicamente, de su mundo.

Mientras tanto, Logan no podía apartar a Wade de su mente. Cada noche era la misma tortura. El pelinegro se removía en la cama, luchando contra el sueño, con el cuerpo pesado por el cansancio y el alma hecha pedazos. Se frotó los ojos con una mano, mientras que con la otra se aferraba con fuerza a lo que había sido la almohada de Wade. Aún conservaba ese aroma tan familiar, una mezcla de pólvora, sangre, colonia barata y, de alguna manera, un toque de algo dulce y único que solo pertenecía a él. Era un olor que Logan podía reconocer en cualquier lugar, porque, para él, Wade siempre había sido algo más que el caos: era hermoso a su manera.

Se levantó del sofá con movimientos torpes, el dolor de la pérdida reflejado en cada gesto. Miró a su alrededor, buscando distraerse, pero el apartamento estaba vacío. La vieja Al no estaba, lo que le dejaba solo en ese espacio lleno de recuerdos y fantasmas que se negaban a irse. Un suave movimiento a su lado le hizo bajar la mirada. Mary Poppins —o Dogpool, como Wade la llamaba en sus momentos de delirio— se acercó a Logan y lamió su mano en un gesto de consuelo. Logan suspiró. Si Wade estuviera allí, probablemente habría apartado al perro con un comentario sarcástico, pero ahora...

Logan se dirigió a la cocina y, con manos temblorosas, preparó su mezcla favorita desde la desaparición de Wade: café con whiskey. Era una manera de sentir algo, cualquier cosa que lo mantuviera alerta, incluso si era una sensación amarga. Se sentó en la vieja mesa de la cocina, sosteniendo la taza entre las manos y mirando al vacío, mientras el sonido del reloj en la pared se hacía insoportable en su silencio.

Lo más doloroso de todo era que ninguno de los dos sabía lo que le pasaba al otro. Wade vagaba por el mundo, convencido de que ya no importaba a nadie, mientras Logan sufría cada día por su ausencia. A ojos ajenos, la verdad era evidente: no podían vivir el uno sin el otro. Pero ambos estaban atrapados en una burbuja de negación y orgullo que les impedía ver lo que era obvio para todos los demás.

Logan no tenía idea de que Wade seguía ahí fuera, fingiendo su propia muerte como si fuera un maldito juego cruel. Y Wade no sabía lo mucho que Logan estaba sufriendo, lo que su "partida" le había arrebatado. Pero el destino tenía formas retorcidas de juntar a las personas, y aunque ambos se empeñaran en alejarse, sus caminos volverían a cruzarse. Porque, al final, Deadpool y Wolverine eran dos fuerzas destinadas a colisionar, una y otra vez.

Enamorado Tuyo (Poolverine).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora